LO ÚTIL DE LAS MATEMÁTICAS
EN 213 A. C.,
los romanos se lanzaron sobre Siracusa confiando en que la ciudad no tardaría mucho en caer. Parte del plan consistía en atacar las murallas que daban al mar con barcos equipados con escalas de asalto. Arquímedes (abajo), el señor que pidió un punto de apoyo para mover el mundo, les fastidió el plan.
INGENIERO, FÍSICO,
matemático, astrónomo e inventor, Arquímedes era también un fiel servidor de su ciudad natal, Siracusa. Para defenderla, organizó un despliegue de artillería nunca visto, utilizando catapultas y proyectiles de diversos tamaños que sus conciudadanos empleaban contra fuerzas específicas señaladas por el ya anciano genio.
EL MÁS SUFRIDO
de sus artefactos fue un sistema de ganchos capaz de levantar los barcos romanos que se aproximaban a las murallas. Aquel invento sacaba una nave del agua, lanzaba a la tripulación por los aires y a continuación dejaba caer la nave contra el agua, destrozándola. Corrió la leyenda de que también ideó un sistema de espejos capaz de incendiar los barcos enemigos desde la distancia, pero este fenómeno ha sido imposible de demostrar en experimentos recientes.
EL PÁNICO DE
los romanos llegó a tal extremo que, cada vez que veían asomar una viga o una polea en las murallas, salían corriendo.