LA CANALLA DE ESCIPIÓN
El salvajismo de algunos romanos con sus vecinos.
BUENA PRUEBA
de lo que sufrieron los habitantes de Italia en la guerra la encontramos en Locri. A finales de 205 a. C., un grupo de prisioneros locrios ofrecieron a Escipión entregar su ciudad mediante traición. El general aceptó y envió 3.000 hombres a cargo del legado Quinto Pleminio y de los tribunos Marco Sergio y Publio Matieno.
LA CIUDAD CAYÓ
con facilidad, tras lo cual los romanos se dieron al saqueo de casas y templos, asaltaron a los ciudadanos y violaron a todas las mujeres.
A CONTINUACIÓN,
la guarnición formó dos bandas rivales. Una dirigida por los tribunos y otra por Pleminio. La situación degeneró en una batalla entre ambos grupos y Pleminio ordenó que se flagelara a los tribunos, lo que los partidarios de estos se tomaron muy mal, dándole una buena paliza al legado.
AL ENTERARSE
de la situación, Esicipión partió a la ciudad, apoyó a Pleminio y encadenó a los tribunos para enviarlos a Roma. Pero cuando el general se fue, el legado se dedicó a torturar a sus adversarios y después los ejecutó.
LOS LOCRIOS CONSIGUIERON
finalmente colar una embajada en el Senado de Roma, que, informado de los hechos, los investigó. El Senado libró de toda culpa a Escipión, pero envió a Pleminio a la ciudad para ser juzgado.