El hombre que no existió
LA PREPARACIÓN DE LA OPERACIÓN MINCEMEAT
IDEADA POR LA FEBRIL mente del capitán de la RAF Charles Cholmondeley, la Operación Mincemeat (“carne picada”) fue puesta en marcha por su inmediato superior, el capitán de corbeta Ewen Montagu. Ambos eran miembros de la Sección 17 M de la Oficina 13 del Almirantazgo (Inteligencia Naval).
EN ESENCIA, SE TRATABA de crear una identidad ficticia, la del capitán de Infantería de Marina William Martin, y hacer llegar su cadáver a los alemanes. Con él debía suministrarse suficiente información, aunque presentada de forma sutil e indirecta, como para que el enemigo creyera que el siguiente objetivo de los aliados no era Sicilia.
LO MÁS DIFÍCIL consistió en proveerse de un cadáver creíble. Finalmente, sería el del vagabundo galés Glyndwr Michael, que, una vez obtenido y acondicionado, fue trasladado por el submarino Seraph (abajo, durante la guerra) a la costa de Huelva. Se esperaba que las corrientes lo arrastraran hasta la playa y que, una vez allí, dadas las amigables relaciones de determinadas autoridades con agentes del Tercer Reich, los alemanes tendrían acceso a su contenido. Así fue.
SIN EMBARGO, HOY EN DÍA se apunta que los británicos contaron con un desconocido aliado: el teniente coronel Alexis F. von Rönne. Este alemán fue el responsable de elaborar el informe que llegó a manos de Hitler. El Führer otorgaba al analista una gran credibilidad sin saber que era un opositor al régimen.
AL PARECER, RÖNNE no se tragó el anzuelo, pero no hizo nada por descubrirlo. Al contrario: pensaba que cuanto antes llegara la derrota, antes caería Hitler. Al final, sus actos le costaron la vida.