LOS ALIADOS Y LA MAFIA
El gobierno estadounidense entra en tratos con Lucky Luciano
EL INCENDIO DEL transatlántico SS Normandie en los muelles de Nueva York el 9 de febrero de 1942 preocupó seriamente a las autoridades portuarias norteamericanas, que temieron que fuese la acción de alguna organización profascista establecida entre la numerosa colonia italoamericana.
PARA EVITAR QUE se produjera algo parecido, la Oficina de Inteligencia Naval contactó con varios miembros de la Mafia hasta llegar a Charlie “Lucky” Luciano, por entonces condenado a 35 años de reclusión (arriba, en el centro, en Roma en una imagen sin datar). Los resultados, a cambio de mejoras carcelarias, fueron buenos.
AL PLANTEARSE la Operación Husky, la falta de un conocimiento veraz de la costa siciliana y el miedo a una fuerte resistencia de la población llevaron a tantear de nuevo al mafioso, que no dudó en prestar su colabo ración a través de su, por entonces, mano derecha: Meyer Lansky. No solo se presentarían voluntarios muchos sicilianos para ayudar a perfeccionar los mapas con que contaban los norteamericanos, sino que se elaboraron listas de personas a contactar en la isla una vez se hubiera producido el desembarco. El propio Luciano se ofreció voluntario para incorporarse a las fuerzas de invasión, pues creía que su mera presencia haría que la población civil los apoyase, pero la propuesta fue rechazada.
LOS BRITÁNICOS HICIERON algo similar, aunque con mucho menos éxito: su colonia siciliana era mucho menor.