RUBENS Y SU VIEJO RARO
Vuelve al mercado un lienzo del maestro flamenco
Fue lo más parecido a una estrella del rock dentro de la pintura del siglo xvii. A Pedro Pablo Rubens (1577-1640) se lo rifaban las cortes europeas. Trabajó para la de Francia, la de Bruselas, la de Mantua y la de España. Para este último país hasta realizó delicadas misiones diplomáticas en la corte inglesa. No es de extrañar que el descubrimiento de una nueva obra suya sea noticia. Se trata del retrato de un anciano de mirada enérgica realizado, probablemente, entre 1598 y 1609. En 1925, cuando lo adquirió un médico judío alemán, se sabía que era un Rubens. El entonces propietario consultó con tres acreditados especialistas para confirmar la autoría: todos coincidieron en apuntar hacia el artista flamenco.
Pérdida de memoria
Con el auge del nazismo, el doctor empezó a inquietarse. Llegó a la conclusión de que la seguridad de su familia dependía de abandonar Alemania, y cuanto antes mejor. Huyó con los suyos a Sudáfrica en 1932, un año antes de que Hitler alcanzara el poder. No olvidó su colección de arte, que consiguió sacar de contrabando. En su país de acogida se convirtió en un profesional exitoso. Mientras tanto, el lienzo de Rubens permaneció en su domicilio. La familia se refería al personaje retratado como “the funny old man” (el viejo raro). Los años fueron pasando, y ninguno de sus descendientes fue consciente de quién era el autor de aquella maravilla. Hasta que, el año pasado, los herederos actuales pidieron al experto Luke Crossley, de la casa de subastas sudafricana Stephan Welz & Co., que tasara la pieza. Crossley se mostró escéptico. ¡Tantas familias creen tener un lienzo valioso cuando lo que poseen a menudo no vale nada! La realidad, sin embargo, no tardó en desmentirle. Ahora el cuadro sale a la venta, y es posible que supere el medio millón de dólares.