SORPRESA BAJO EL SÚPER
NO HAY MAL que por bien no venga. En Ciudad de México, la demolición de un supermercado ofreció una fantástica oportunidad a los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): excavar bajo el actual entramado urbano. Así fue como aparecieron en 2014 los restos de un templo azteca. El derribo de aquel comercio había asegurado la conservación del antiguo recinto. Ahora el templo ha podido ser abierto al público. Los arqueólogos han descubierto una plataforma de piedra circular y restos de hasta treinta y dos personas, incluidos niños y adolescentes. Su probable destino fue ser sacrificadas al dios Ehécatl-quetzalcóatl. Esta era la manera de conseguir lluvia para las cosechas. Al parecer, el cálculo era el siguiente: a más lágrimas derramadas por las víctimas, tanto mayor sería el nivel de pluviosidad.