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EN EL FLANDES DEL SIGLO XVI, diezmado por la peste y el conflicto religioso, el pecado y el averno eran temas muy populares. El Bosco inventó un repertorio infinito de seres fantásticos, que campan a sus anchas por las tablas de sus trípticos, con el fin de disuadir a quienes deseen apartarse del camino recto. El testigo de sus delirios infernales lo recogió otro compatriota, Pieter Brueghel el Viejo, que nos obsequió, entre otras, con las visiones demoníacas que pueblan las Tentaciones de
San Antonio. Sus dos hijos, Pieter y Jan, retomarían algunos de estos temas, pero en el siglo xxi le ha surgido un nuevo discípulo tardío, el belga Antoine Roegiers. Sus videoinstalaciones hacen zoom sobre los pecados capitales representados por Brueghel. EL DIABLO, TAL VEZ. EL MUNDO DE LOS BRUEGHEL. MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. PALACIO DE VILLENA. CADENAS DE SAN GREGORIO, 2. VALLADOLID. TEL.: 983 25 03 75. FECHAS: HASTA EL 3 DE MARZO