LA PERFECTA ESCLAVA

El franquismo encuadró a las mujeres en un esquema del siglo xvi

EN PLENA CONTRARREFORMA, el monje agustino fray Luis de León escribió en La perfecta casada, donde establecía el modelo ideal, aquello a lo que debía aspirar una mujer cristiana. Dedicó en 1583 el texto a su pariente, María Varela de Osorio, como regalo de bodas. Y, para justificar su nula experiencia en este empeño, argumentaría que sus palabras eran la voluntad de Dios (“y para que procure satisfacer a su estado, bástale saber que Dios se lo manda”).

SU TESIS, ACOPIO DE la literatura misógina acumulada por los Padres de la Iglesia, es que las mujeres de valor son muy pocas –“es cosa rara”–, porque “como la mujer sea de natural flaca y deleznable más que ningún otro animal y su costumbre y ingenio una cosa quebradiza y melindrosa”, hallar una mujer de valor es para el hombre como dar con una piedra preciosa.

FRAY LUIS CASI NIEGA en La perfecta casada la cualidad del ser a la mujer, y es por ello que la adoctrina en los términos en que podría hacerse a un esclavo, pensando en el poder y la comodidad del varón. Lo difícil de comprender es que de esta obrita se hayan hecho no menos de 77 ediciones desde 1583, y al menos 25 se corresponden con el período comprendido entre 1939 y 1975. Un mínimo de 25 ediciones en 35 años. Hay varias maneras de interpretar estos datos, pero todas confluyen en una: el atrincheramiento mental. (Arriba, una boda en Madrid, 1946).