ESPIANDO CON DELANTAL
El escritor András Forgách narra cómo su madre, una ama de casa, colaboró con los servicios secretos de la Hungría comunista.
El novelista, dramaturgo y guionista András Forgách fue una figura destacada del movimiento contracultural húngaro que se desarrolló durante los últimos años del régimen comunista. En 2013, cuando el escritor tenía 61 años, recibió una llamada que trastocó su vida para siempre: un viejo amigo le informó de que su reservada madre, a la que creía una mera ama de casa, había trabajado como espía para los servicios de inteligencia húngaros. El expediente que le entregaron estaba compuesto por cientos de documentos que atestiguaban sus labores de espionaje. Forgách, que había luchado contra el régimen de János Kádár al lado de un destacado disidente como el poeta György Petri, descubrió perplejo que su madre no solo había pasado información comprometedora sobre sus amigos o vecinos, sino también sobre sus propios hijos. A partir de esa documentación, el escritor emprendió una investigación sobre el pasado de su familia y, por extensión, acerca del funcionamiento de los aparatos del Estado durante el régimen comunista. El sorprendente resultado, con unos hallazgos que alcanzarán también a su padre (un periodista que tuvo que dejar su trabajo cuando enfermó de alzhéimer), lo ha plasmado Forgách en forma de libro.
El expediente de mi madre es una novela de estructura muy singular. Dividida en tres partes, en la primera y más extensa, el autor combina el relato novelado de la historia de su familia con la reproducción de fragmentos de los archivos del expediente de su madre dispuestos en forma de notas a pie de página. El contraste entre ficción y realidad, entre la recreación de unos acontecimientos y su cruda exposición burocrática, transmite un efecto muy sugerente y revelador. La segunda parte, muy breve, está compuesta por una serie de poemas dedicados a sus padres. En la tercera, Forgách toma la palabra y abre su corazón. El autor describe cómo fue la relación con su madre, lo mucho que le afectó su muerte y cuáles han sido sus sentimientos al descubrir que su amada Bruria llevaba una doble vida, una existencia oculta dedicada a informar sobre actividades sionistas en su círculo de amistades (era una convencida antisionista a pesar de haber nacido en Israel), y en la que era conocida con un nombre en clave: “Señora Pápai”.