A MI MANERA
¿Cómo se originó el DIY?
EL FAMOSO Do It Yourself (el “hágalo usted mismo”, también muy conocido por las siglas en inglés DIY) puede servir de lema tanto a la economía capitalista, experta en rentabilizar nuestro ocio, como a las formas de vida alternativas. Sin embargo, aunque el DIY suene moderno, ya en el siglo vi a. C., los griegos instalados en el sur de Italia tiraban de instrucciones: en 2010 se hallaron marcas de ensamblaje en una especie de templo (una “antigua construcción IKEA”, bromearon sus descubridores).
FUE EN GRAN BRETAÑA,
acabada la II Guerra Mundial, donde el DIY se catapultó. El gobierno prohibió las obras en domicilios por encima de las diez libras: técnicos y obreros debían centrarse en reconstruir el país. Los particulares tendrían que apañárselas. En poco tiempo, el bricolaje pasaría de necesidad a afición, y empezaron a hacerse hueco en las parrillas televisivas programas como Short Cuts (1956). En los años setenta, los movimientos contraculturales defendieron que hacer las cosas por uno mismo era un modo de combatir la sociedad de consumo. Nacía una nueva aproximación al DIY.
EN NUESTRO PAÍS,
por razones económicas, siempre había existido el DIY. Aquí se lo llamaba “hacer chapuzas”. Su conversión en hobby llegaría bastante más tarde. El primer programa en televisión, Bricomanía, todavía en antena, se estrenó en 1994. Francesc Peña