La sangre blanqueada
LA PERSPECTIVA INDÍGENA DE CÓMO SE FORJÓ EE. UU.
Ni pavo de Acción de Gracias ni “Destino manifiesto” ni conquista civilizadora del Oeste. En La historia indígena de Estados
Unidos no hay lugar para mitos, símbolos ni eufemismos que tapen o legitimen la opresión. Vayan por delante algunos titulares internos para apreciar esta patada a los relatos convencionales de cómo se fraguó el país: “Supremacía blanca y clase”, “De tierra sagrada a bienes raíces”, “Los colonos parásitos establecen la colonia de Virginia”, “Imperialismo estadounidense de ultramar”. Firma esta crónica incómoda con alma de alegato una conocida luchadora del movimiento indígena y la justicia social en EE. UU. Es la doctora Roxanne Dunbar-ortiz, una historiadora, catedrática y activista mestiza con cuatro décadas de enérgico currículum.
Mitos en caída libre
Su libro resulta tan fácil de leer como a veces difícil de digerir, por su revisionismo radical. Pero no puede negarse a este trabajo, premiado con el American Book Award, la seriedad documental en que apoya cada afirmación. Para ello apela tanto a fuentes indígenas, poco frecuentes en la historiografía habitual, como a múltiples testimonios del lado colonizador europeo y, desde 1776, estadounidense, que sorprenden por su mentalidad racista, depredadora y, a la postre, genocida. Una mentalidad que hoy produce cuando menos sonrojo. Entre episodios, trasfondos y personajes sepultados o remodelados por las crónicas oficiales, caen en esta reescritura varios presidentes (Jackson, Polk, Teddy Roosevelt, Obama) por sus políticas declaradas de exterminio o por el maquillaje de hechos contrastados. Incluso el poco sospechoso Abraham Lincoln. El campeón abolicionista fue el responsable último, en 1862, de la mayor ejecución judicial colectiva en la historia de EE. UU. (38 dakotas ahorcados en público). De la “red de naciones indígenas” precolombina –que demuele el mito de las tierras vírgenes– al activismo social del siglo xx y la globalización actual, pasando por tres siglos de guerras, masacres y reclusiones masivas, un título tan sólido y polémico como decididamente hechizante.