Ha nacido una estrella
Picasso pasó de jovenzuelo con aptitudes artísticas a auténtico genio en muy pocos años. Cuatro ciudades fueron los escenarios de la metamorfosis.
¿CÓMO UN ARTISTA de formación convencionalmente clásica se convierte en el dios de las Vanguardias del siglo xx?
El joven Picasso, documental dirigido por el británico Phil Grabsky que visitará nuestras pantallas este mes (ver reseña en p. 97), explica cómo se forma a través de su paso por cuatro ciudades clave en su vida: Málaga, La Coruña, Barcelona y París. En este recorrido desde Andalucía al corazón de Francia, “Pablo Ruiz” pasaría a convertirse en “Picasso”.
EN MÁLAGA, SU CIUDAD NATAL,
fue donde adquirió su primera formación de manos de su padre, José Ruiz Blasco. En Andalucía, Pablo apenas pasaría sus primeros diez años, pero no constituyó una etapa marginal de su existencia. La importancia del Mediterráneo y de motivos como los toros o las guitarras apunta, más bien, en sentido opuesto.
SU FORMACIÓN ACADÉMICA
se completó en la otra punta del país, en La Coruña, y era todavía un adolescente cuando llegó a Barcelona en 1895. Allí iba a empezar su divorcio del academicismo formal. Se relacionó con el círculo de Els Quatre Gats, cervecería y galería artística fundada, entre otros, por los pintores Santiago Rusiñol y Ramon Casas. En Barcelona, en 1900, realizó su primera exposición individual, y tonteó con la bohemia.
NADA LE INTERESABA MÁS
que las Vanguardias, las tendencias procedentes de la capital europea del arte, París. Convencido de que había que estar allí para tener una oportunidad de triunfar, acude a la Ciudad de la Luz. Fascinado por la intensa vida nocturna, refleja un mundo más o menos decadente en cuadros como
La espera (Margot), retrato de una prostituta morfinómana. La influencia de Toulouse-lautrec es patente en estas obras.
EN LOS PRIMEROS
años del siglo xx, el futuro autor del Guernica vive su “período azul”, llamado así por el predominio de este color en su paleta. Las tonalidades tristes tuvieron su origen en una circunstancia trágica: su amigo Carlos Casagemas se suicidó tras intentar matar a su amante, la bailarina Germaine Pichot. A partir de 1904, sin embargo, el cromatismo de sus cuadros se vuelve más cálido. Ya no recoge tantos personajes marginales. Ahora, en su “período rosa”, el protagonismo es para el universo circense, un elemento altamente inspirador por entonces en el entorno artístico de La Butte.
DESPUÉS VENDRÍA
la gran ruptura del Cubismo y Las señoritas de Avignon, una representación de un grupo de prostitutas de la calle barcelonesa de Avinyó. Tenía solo 25 años. No iba a conformarse con ese estilo para siempre. Durante el resto de su vida no dejó de reinventarse una y otra vez.