“Fue el mejor defensor de los indios”
Cortés, ¿héroe o genocida?
Ni una cosa ni otra. No fue héroe en el contexto de esta pregunta, sino capitán valiente de una tropa única en aquellos tiempos. Dotada de pólvora y caballos, y de espadas de acero, porque esa era la superioridad tecnológica. Pero por encima de todo esto estuvo la capacidad de los soldados de Cortés, que llegaron a ser formidables por cómo los mandaba su capitán. Y de genocida nada. Por el contrario, tras convertir en súbditos de Carlos V a los mexicas, y aceptar estos, después de la reconquista de Tenochtitlan, el nuevo orden hispano, fue el mejor defensor de los indios. El colapso demográfico que sí hubo se debió a la invasión microbiana y bacteriológica de los propios europeos llegados al Nuevo Mundo.
¿Por qué venció?
Por esa superioridad tecnológica indudable, pero también porque don Hernán era un gran diplomático y un extraordinario negociador. Supo ganarse a las naciones indígenas en torno a los mexicas, a quienes odiaban masivamente por el dominio que ejercían, incluido el impuesto de entregas de seres humanos para ser sacrificados y canibalizados.
Por lo demás, la reconquista de Tenochtitlan se estudia como una expresión de capacidad estratégica por parte de Cortés. Machacó a todos los posibles aliados de la orilla del lago de Texcoco, creó una flota de trece bergantines para ganar la inevitable batalla naval. Y supo insuflar capacidad de resistencia en una contienda de muchos días y muchas noches ante una inmensa mayoría inicial de oponentes. Y después de la conquista no hubo represión. Cuauhtémoc trabajó varios años a las órdenes de Cortés, y si finalmente este le hizo ahorcar, fue porque estaba preparando, seguramente, una sublevación general para acabar con la presencia de los blancos barbudos.
¿Cómo le ha tratado la posteridad?
Son muchos hispanistas los que han valorado a Cortés muy por encima de como hoy se le trata en España. Por encima de un gran conquistador, fue empresario de su propio proyecto, soldado valiente, estratega imaginativo, gran diplomático, estadista creador de la Nueva España, enamorado de México, con la única idea, en los últimos siete años que pasó en España, de volver allí. Si Carlos V le hubiera hecho virrey, el prodigio de la Nueva España habría sido todavía mayor. En mi libro hago un buen repaso del veredicto de los historiadores, y es ampliamente mayoritario a favor de don Hernán. Y hoy el 76% de los mexicanos, según una encuesta muy reciente, evoca el mestizaje de españoles y mexicanos originarios como un gran suceso, en gran parte originado en los mejores tiempos cortesianos.