Oro fósil: dinosaurios en venta
La venta de fósiles a particulares preocupa a los expertos
En el siglo xxi, y en parte gracias a Steven Spielberg y su exitosa serie de Parque Jurásico, los dinosaurios continúan despertando un enorme interés. De hecho, en países como Argentina, Canadá y China, los ricos yacimientos de estos fósiles son patrimonio nacional. Sin embargo, en lugares como Estados Unidos no están protegidos, lo que ha dado pie a un comercio desaforado.
El punto de inflexión fue 1997, cuando Sotheby’s subastó por más de ocho millones de dólares un Tyrannosaurus rex magníficamente conservado, descubierto en Dakota del Sur por la buscadora de fósiles Sue Hendrickson. En este caso, el Tyrannosaurus Sue pasó a formar parte de la colección del Museo de Historia Natural de Chicago (arriba), pero cada vez hay más particulares que quieren estas piezas para sí. Millonarios dispuestos a pagar una fortuna para decorar con estos fósiles sus salones u oficinas y a los que no les importa la dudosa procedencia de las piezas. Como explicaba en The New Yorker el paleontólogo Kirk Johnson, del museo Smithsonian de Historia Natural: “El día que Sue fue subastado fue el día que los fósiles se convirtieron en dinero”.
Mongolia, uno de los lugares con más yacimientos del planeta, ha visto cómo esta nueva fiebre del oro está asaltando su país. En 2013, el gobierno detuvo por orden judicial la subasta en Nueva York de un ejemplar de Tarbosaurus bataar (primo hermano del T-rex) sustraído ilegalmente de un yacimiento del Gobi. Sin embargo, el negocio continúa: en 2018, la casa de subastas parisina Binoche & Giquello vendió sendos esqueletos de Ilosaurus y Diplodocus por una millonada.