Foto con historia
Gloria Swanson, éxito, desaparición y retorno de una estrella del cine mudo.
En 1926, la periodista londinense Margaret Chute publicaba un artículo titulado “Mi visita a Gloria Swanson” tras entrevistar a la famosa actriz de cine mudo. Desde su afición por el tenis hasta sus devaneos amorosos, Chute prometía revelar los detalles más “íntimos” de la artista. Cuando no existían la prensa rosa televisiva ni las redes sociales, eran las revistas de cine las que acercaban el glamur de Hollywood al mundo real. Estaba naciendo el fenómeno fan, y Gloria Swanson (1899-1983) fue pionera en crear el concepto de “estrella” hollywoodiense. A pesar de su baja estatura, su mezcla de sofisticación, sensualidad provocativa y talento la convertía en un éxito asegurado en taquilla. Al mismo tiempo, su agitada vida privada daba mucho que hablar. Cuando apenas tenía diecisiete años, sufrió la violación de su propio marido, el oscarizado actor Wallace Beery, que después la hizo abortar con un brebaje. Acumularía cinco maridos más y numerosos amantes, entre ellos, Joseph P. Kennedy, el padre del futuro presidente estadounidense.
Con la llegada de los años treinta, los focos que, para bien y para mal, la habían acompañado sin descanso empezaron a alejarse de ella. Su caída la provocó el cine sonoro, cuando los diálogos cambiaron el modo de contar historias y convirtieron en caduca su gesticulación casi teatral. Pasaron varios años sin que los espectadores supieran gran cosa de la antigua diva, hasta que regresó en 1950 con El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder). En el filme interpretó el papel de Norma Desmond, una actriz de cine mudo que, tras ser relegada al olvido, intenta regresar triunfalmente. Swanson volvía a la gran pantalla para contar su propia historia. ●