Entre libros
LA CONVULSA EUROPA DE ENTREGUERRAS VISTA POR EL ESCRITOR AUSTRÍACO
Este mes hablamos de las crónicas literarias del austríaco Joseph Roth en la Europa de entreguerras, los secretos de los más importantes manuscritos medievales, una nueva investigación sobre la matanza de oficiales polacos en Katyn en 1940 a manos de los soviéticos y la reedición de los artículos de Francisco Madrid sobre el barrio chino barcelonés.
Entre 1920 y 1932, Joseph Roth viajó por toda Europa como corresponsal de varios diarios alemanes, principalmente del liberal Frankfurter Zeitung. De país en país, de hotel en hotel, el autor de la afamada novela La marcha Radetzky (de la que se acaban de publicar dos nuevas traducciones coincidiendo con el paso de su obra a dominio público) fue testigo de excepción de las transformaciones sociopolíticas que se estaban produciendo en el continente tras la devastación que supuso la Gran Guerra (en la que combatió dentro de las filas del ejército austríaco).
Años de hotel reúne sesenta y cuatro artículos escritos por Roth durante esa época. Una fabulosa selección de postales literarias, de gran valor documental y poético, enviadas desde lugares muy diversos: de la Rusia soviética a la Italia de
Mussolini y la Albania de Zogu (quien le concedió una entrevista); de las minas del Ruhr y los yacimientos petrolíferos de Bakú y Galitzia (donde nació Roth) a los balnearios del Báltico y los elegantes conciertos del Volksgarten de Viena; de los restos del pasado austrohúngaro (Bruck–kiralyhida, Galitzia, Sarajevo) al nuevo Berlín que anunciaba una nueva Alemania de la que tendría que huir el escritor por su origen judío.
Observador errante
A medida que avanza la década, comprobamos cómo sus escritos se vuelven más pesimistas y nostálgicos. “Soy un ciudadano del hotel, un patriota del hotel”, escribe Roth en 1929, cada vez más consciente del futuro que le espera como hombre apátrida, errante. Desde las ventanas de esos hoteles, que simbolizan su desarraigo y cosmopolitismo, el novelista observa cómo la sociedad europea va dando pasos hacia el abismo. En una fecha tan temprana como 1924, Roth advierte que las esvásticas y la propaganda nacionalista han llegado hasta las playas del Báltico en el interior del equipaje de algunos veraneantes. Diez años después, ya no advierte, acusa: “Desde hace diecisiete meses estamos acostumbrados a que en Alemania se derrame más sangre que la tinta que utilizan los periódicos para informar al respecto”. Este artículo, titulado “El Tercer Reich, filial del infierno en la Tierra”, lo publicó en Francia, donde se había exiliado tras la subida de Hitler al poder (y donde moriría alcoholizado cinco años después). Mientras Roth escribía en su hotel en París, en su casa, Berlín, sus libros ardían en la plaza de la Ópera.