¿A quién perteneció?
El esquivo dueño de la Villa del Casale
La identidad del
comitente de esta monumental empresa ha sido una cuestión debatida durante décadas, con propuestas muy distintas. Algunos sugirieron que su propietario debía de pertenecer a la familia imperial. La magnitud del aula basilical, la riqueza de los materiales empleados, la utilización de iconografías alusivas a los círculos imperiales y la datación de los mosaicos llevaron a proponer al propio Maximiliano Hercúleo, Majencio o algún procurador imperial como propietarios de la villa.
Las posibilidades se
han ampliado con el paso del tiempo, y hoy en día se acepta que la villa pudo pertenecer a cualquier miembro aristocrático del orden senatorial. Debido al marcado carácter africano del mosaico de “la gran caza”, algunos han señalado a Cayo Ceyonio Rufio Volusiano, prefecto urbano de 310 a 311 y de 313 a 315, que poseía grandes propiedades en África, y su hijo Cayo Ceyonio Rufio Albino, cónsul, como posibles candidatos. Se cree que este mosaico representa al dueño y su hijo, fuesen quienes fuesen.