Salvavidas y lastre a la vez
¿Nos ayudó el turismo internacional en la crisis de 2008?
2008-2010
Qué sucedió: se globaliza el crac estadounidense con las turbulencias financieras que culminarían con la quiebra de Lehman Brothers y el rescate de AIG, Fannie Mae y Freddie Mac en septiembre de 2008. Estalla la burbuja española. De diciembre de 2007 a diciembre de 2009, el Ibex 35 se hundió un 20% y el precio de la vivienda se estrelló un 14% tras escalar más de un 200% en los ocho años anteriores a la hecatombe. Cómo reaccionó el turismo internacional: tanto las visitas como los ingresos generados por los turistas internacionales en España dieron un frenazo en 2009. El gasto de esos viajeros no superaría los niveles de 2008 hasta 2011. El sector se contrajo mucho más que el resto de la economía en los dos primeros años de la crisis.
2010-2013
Qué sucedió: irrumpe la crisis de deuda soberana europea en 2010 cuando se descubre que Grecia ha falsificado sus datos de déficit (casi cuatro veces mayor que el declarado). Ese mismo año, la Troika (BCE, Comisión Europea, FMI) rescata a Grecia y a Irlanda, el año siguiente cae Portugal y en junio de 2012 España solicita el rescate de su sector financiero. En 2013 tenemos, de media, seis millones de parados, el peor registro de la crisis.
Cómo reaccionó el turismo internacional: aumentan los viajeros en seis millones de personas y el gasto total se catapulta en 10.000 millones de euros (un 20% más). El paro en la industria del viaje toca fondo en 2012 y se estanca en 2013, con una destrucción total de empleo durante la crisis del 20%. En el mismo período, se triplica el paro de toda la economía española.
2013-2017
Qué sucedió: el paro se reduce más de un 30%, el Ibex 35 se dispara más de un 20% y el precio de la vivienda deja de caer en 2015 y vuelve a crecer después de derrumbarse un 40% desde que estalló la burbuja. Los economistas certifican la recuperación en 2017: España produce tanto como antes de la crisis.
Cómo reaccionó el turismo internacional: el gasto de los turistas extranjeros suma casi 30.000 millones de euros y estos pasan de 60 a 80 millones de personas. El turismo nacional e internacional permiten que el sector recupere y rebase en 2017 el número de empleados previo a la crisis. El conjunto de la economía española, mientras tanto, hubiera necesitado más de dos millones de puestos de trabajo para conseguirlo. Esa era la buena noticia. La mala era que España acababa la crisis dependiendo del turismo mucho más que antes.