“El Thyssen aún posee un Pissarro expoliado”
¿Cuándo descubrió a Alois Miedl? Miedl se cruzó en mi camino en 1998, cuando trabajaba como investigador contratado para la Comisión Múgica, un organismo gubernamental presidido por Enrique Múgica que investigaba las relaciones entre Franco y el Tercer Reich. Para la comisión preparé un informe sobre la implicación española en el expolio de obras de arte, y ya entonces comprobé que Alois Miedl era el principal traficante alemán en España.
¿Cuál de sus cualidades le parece más atractiva?
Es un personaje interesante. Su mujer era judía, y aprovechó esta circunstancia para comprar negocios y obras de arte a los judíos que huían del Tercer Reich. Aunque no tuvo carné del partido, frecuentaba a notables nazis y era el principal proveedor de Hermann Göring. Se aprovechó de judíos en apuros, pero salvó la vida a unos cuantos. Es un tipo complejo, alejado de estereotipos y, por tanto, real como la vida misma.
¿Cómo se convirtió en el marchante de Göring si carecía de formación artística?
Es cierto, no entendía de arte, pero hizo fortuna con la especulación y comprendió que el mercado artístico durante la guerra iba a ser muy rentable. Había asesorado a Göring en otros negocios desde mediados de los años treinta, era su protegido y sabía que este estaba dispuesto a invertir una fortuna en su colección, así que se lanzó al negocio.
¿Por qué se refugió en España?
En 1943 declina el poder de Göring. La persecución a los judíos arrecia y Miedl siente que peligra su familia. En junio de 1944 huye a España.
¿Es posible que algunas de las pinturas que trajo estén aún en España? Desde luego. No sabemos qué pasó con ellas, si se quedaron aquí o las llevó consigo al regresar Alemania en 1949. En una colección privada es difícil detectarlas, salvo que el poseedor quiera que salgan al mercado.
Si lo hicieran, ¿sería posible descubrir su procedencia ilícita?
No sabemos cuántas obras de arte trajo a España. Tal vez 60 u 80, de las cuales solo hay identificadas 22, que fueron retenidas cinco años en el puerto franco de Bilbao. Y de estas 22 solo ha aparecido una María Magdalena de Van Dyck que recuperaron en 2002 los herederos del propietario original. Este caso muestra que es posible descubrir la procedencia ilícita de los cuadros expoliados que salen al mercado. ¿Los gobiernos de la democracia española han luchado de manera efectiva contra el expolio nazi? Los gobiernos españoles han suscrito varias declaraciones internacionales por las que se comprometen a hacer lo posible para restituir estas obras de arte. Pero el Museo Nacional Thyssen-bornemisza aún posee un Pissarro expoliado a una familia alemana de origen judío en 1939.
Franco regaló a Hitler tres Zuloagas. ¿Cuáles? ¿Se recuperaron?
Eran imágenes de un campesino y dos mujeres con trajes típicos. No sé cuál ha sido su destino. Tal vez sigan en manos del Estado alemán, pues no se trató de obras expoliadas. Hitler era un coleccionista de arte compulsivo, y los dirigentes en la órbita del Reich, como Franco, le regalaban pinturas.