Las huellas de una catástrofe inolvidable
Improvisado y pronto abarrotado, el cementerio de East Smithfield representa como pocos la tragedia colectiva sufrida en el siglo xiv por la peste bubónica
Se trata de un
cementerio doble. Con dos manzanas de extensión, presenta un conjunto de enterramientos al oeste, el más populoso, y el otro al este. East Smithfield también muestra sepulturas distintas. Incluye tres fosas comunes (una en forma de pozo y las otras dos, de trinchera) y numerosas tumbas individuales.
En las colectivas,
se llegó a amontonar los cuerpos hasta en cinco capas de profundidad. Los arqueólogos conjeturan que estos depósitos más hacinados y descuidados se corresponden con picos de la pandemia, cuando no se daba abasto para enterrar los cadáveres. Aunque se calcula que el cementerio acogió un total de 2.400, se han podido recuperar 750, según el recuento oficial del MOLA, el Museum of London Archaeology.
De los esqueletos,
la mayoría enteros, 558 se encuentran en el sector occidental (258 inhumados individualmente y 300 en masa) y otros 192 en el oriental (90 y 102, respectivamente). De ellos, se pudo singularizar 636 completos para incorporarlos a la base de datos que se utilizaría después para realizar las estadísticas de edad, los exámenes óseos y dentales y otros estudios.
Medio cementerio,
sin embargo, continúa intacto bajo tierra. Se debe a que se solapa con el patio de la Royal Mint Court, la imponente propiedad decimonónica adquirida en Londres hace dos años por China como sede diplomática.