Assur, dios de los asirios
Esposo, padre y creador del universo y de las criaturas
El Imperio asirio disponía
de su propio dios nacional: Assur (en la imagen superior, con el rey Assurnasirpal II). Originariamente, era el dios patrón de la ciudad homónima, capital ancestral de los asirios desde el iii milenio a. C. No sabemos si era la ciudad la que llevaba el nombre del dios o bien el dios quien portaba el nombre de la ciudad.
Por supuesto, los asirios eran
politeístas, y, a lo largo de su historia veneraron a otras muchas divinidades del panteón tradicional mesopotámico. Sin embargo, en todas las listas de dioses asirias conservadas, Assur ocupaba invariablemente el primer lugar, en tanto que rey de todos los dioses.
Según los textos asirios,
su dios nacional representaba la encarnación suprema del poder y la fuerza, y se le consideraba el creador del universo, así como de las criaturas que poblaban el cielo y la tierra. Su templo principal estaba ubicado en la ciudad de Assur, donde contaba, además, con un gran zigurat, de sesenta metros de altura, también consagrado a él.
Al igual que el resto de
dioses, tenía su propia familia divina, formada por su esposa, Mullisu, y sus hijos Ninurta (dios de la guerra) y Zababa (de la batalla).