El último guillotinado en público
Francia prohibió en 1939 las ejecuciones públicas tras el escándalo del ajusticiamiento del asesino en serie Eugen Weidmann.
Es el 17 de junio de 1939. Una multitud se reúne frente a las puertas de la prisión de Saint-pierre, en el centro de Versalles, para presenciar la caída de la guillotina sobre el cuello de Eugen Weidmann, un asesino en serie de origen alemán. Esta es la historia detrás de la última ejecución pública en Francia.
Las ejecuciones solían llevarse a cabo al alba, pero el retraso del verdugo hizo que se pospusiera hasta primera hora de la mañana. Decenas de personas se agolpaban ya en el lugar para presenciar el terrible espectáculo. El ajusticiamiento de Weidmann se tornó un show dominado por la histeria. Varios medios de comunicación pudieron plasmar, por primera vez, una ejecución con guillotina a plena luz del día. El actor inglés Christopher Lee, conocido por encarnar a Drácula en varios filmes a partir de 1958 y a Saruman en la saga de El señor de los anillos (2001-2003), presenció la escena con tan solo diecisiete años, durante un viaje a la capital francesa. En su autobiografía Lord of Misrule (2003) relató el episodio: “Una poderosa ola de gritos se elevó entre la multitud al llegar el condenado. Tras la ejecución, los espectadores corrieron hacia el cuerpo con gritos horribles. Algunos no dudaron en mojar pañuelos y bufandas en la sangre derramada en el pavimento como recuerdo”.
Las fotografías y la filmación de la muerte de Weidmann se difundieron a nivel internacional en una época en la que la crónica negra sensacionalista generaba un enorme interés. La sombría imagen de Francia que mostraban horrorizó al gobierno. Albert Lebrun, presidente de la República, promulgó el 24 de junio de 1939 un decreto en el que se estipulaba que las ejecuciones se llevarían a cabo en prisión a puerta cerrada. La guillotina fue el método empleado para las ejecuciones en Francia hasta el 10 de septiembre de 1977.
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