Por encima de su bastón
Tras instalarse en Atenas, Diógenes de Sinope (412 a. C.-322 a. C.) quiso tener por maestro al filósofo estoico Arístenes, pero este lo rechazó, porque no admitía discípulos. Ante su insistencia, Arístenes le amenazó con su bastón, y Diógenes le dijo: “No hay bastón tan fuerte que pueda apartarme de ti si considero que tienes algo que enseñarme”.