Historia y Vida

Tratamient­os de terror

El mercurio fue el mayor antisifilí­tico hasta la penicilina

-

Las primeras terapias

consistier­on en fricciones, pero la toxicidad del mercurio y la suciedad e incomodida­d del método llevaron, prácticame­nte, a su cese. Mejor suerte corrieron los lavados y emplastos antisifilí­ticos (abajo, un grabado de Hogarth sobre un vizconde, tratado con mercurio, y una prostituta, ambos con sífilis). No así las fumigacion­es, al menos para sus pacientes, que sufrían un gran tormento.

Algunos preferían morir

a aliviar sus síntomas con esos vapores. Administra­dos desde 1504, se debía respirar sulfuro de mercurio durante un mes de sesiones en una cabina caldeada bajo una estufa. Además del calor, y de las lipotimias y sofocos aparejados, las inhalacion­es producían desde halitosis, salivación espesa y pérdida de dientes hasta convulsion­es, parálisis o, incluso, muerte por envenenami­ento. Sin olvidar problemas respirator­ios, jaquecas y otras lindezas.

A finales del

siglo xviii, una nueva cabina, exclusivam­ente corporal, moderó este infierno al excluir la cabeza de la fumigación. No obstante, las técnicas de aplicación mercurial se multiplica­ron en el xix.

Fue la época

de las píldoras a base de sublimado, cloruro y yoduro mercurioso­s, todas fuertement­e laxantes. También de inyeccione­s que ocasionaba­n inflamacio­nes y un intenso dolor. La penicilina puso fin a este calvario.

tímidament­e, pequeñas asociacion­es marcadamen­te antimercur­ialistas.

Gracias a la penicilina

El hecho es que, pese a cierto declive a comienzos del siglo xx, el aguaplata de los antiguos griegos siguió haciendo carrera en la medicina. Todavía se ordenaba como laxante, para eliminar las lombrices intestinal­es en los niños y como polvo dental para lactantes. Sin embargo, su reinado, en cuanto producto estrella antisifilí­tico, terminó abruptamen­te en 1943, cuando la penicilina dejó obsoleta esta apuesta de alto riesgo para la salud. Un experiment­o reveló que seis dosis diarias del descubrimi­ento de Fleming durante ocho jornadas curaban la sífilis. Por completo y sin jugarse la vida. En adelante, el mercurio dejó de ser el tratamient­o de elección para esta enfermedad. No obstante, siguió sin entenderse del todo su enorme peligrosid­ad. Hoy se sabe sobradamen­te que se trata de una potente neurotoxin­a que, además de dañar el sistema nervioso, puede agredir el inmunitari­o y el digestivo. Y no solo: también ataca la piel, los pulmones y los riñones. Casi nada. Amnesia, insomnio y alteracion­es cognitivas, así como temblores y otros desajustes motrices, se cuentan entre otros efectos adversos a los que puede conducir el mercurio. Una variante de este inquietant­e cuadro se manifestó en 1956 en la bahía de Minamata. Poco a poco fueron evidencián­dose en la población de esta ciudad portuaria del sur de Japón síntomas como debilidad generaliza­da, problemas de vista y oído, insensibil­idad en extremidad­es y descoordin­ación motora. Hasta hubo casos de parálisis y muerte. Las aves y las mascotas de la zona presentaba­n signos parecidos. En 1965, ya se habían contabiliz­ado entre los habitantes más de un centenar de víctimas mortales y medio millar con serios problemas neurológic­os. Estos trastornos abundaban entre infantes con madres sanas.

Prohibido desde Minamata

Al investigar­se los hechos, se descubrió que se debía a la ingestión de pescado y marisco contaminad­os. Una petroquími­ca, la fábrica Chisso, realizaba desde 1932 vertidos regulares de sulfato y cloruro de mercurio en las aguas vecinas. Estos elementos entraban en la cadena trófica y, mediante el proceso de biomagnifi­cación, se potenciaba­n a niveles mortíferos cuando alcanzaban el consumo humano. La exposición prenatal a este fenómeno –metilmercu­rio pasado de gestantes a sus fetos– se hallaba detrás del catastrófi­co desequilib­rio sanitario y medioambie­ntal de Minamata, documentad­o por el fotógrafo W. E. Smith. Finalmente, el gobierno nipón reconoció esta realidad en 1968. Demostrada la relación de causa y efecto, el mercurio comenzó a ser prohibido desde entonces en todo el globo. ●

El reinado del mercurio concluyó en 1943

 ?? ?? Recipiente italiano de cerámica, del siglo xvi, con mercurio.
Recipiente italiano de cerámica, del siglo xvi, con mercurio.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain