El nuevo episodio del podcast pone el foco en la prolífica y polémica carrera del ingeniero Gustave Eiffel, el genio francés más allá de la torre
Hoy suena inconcebible, pero la torre Eiffel, el símbolo más universal de París, despertó una amplia indignación cuando fue erigida. Se dijo, por ejemplo, que parecía un supositorio agujereado. Pero esta no fue la única polémica a la que se enfrentó su artífice, Gustave Eiffel, que proyectó su torre con motivo de la Exposición Universal de 1889. Aún tenía mucha fuerza la idea de que la arquitectura debía basarse en materiales nobles, no en algo tan vulgar como el hierro. Con gran visión de futuro, Eiffel se hizo con los derechos de explotación de la torre durante veinte años. Eso incluía el precio de las entradas y los beneficios de restaurantes, cafés, teatros o tiendas de souvenirs. Y aún más importante: obtuvo los derechos de imagen. La lista de obras públicas que levantó el ingeniero resulta interminable, pero quizá su obra más emblemática, aparte de la torre, fuera la estructura interna de la Estatua de la Libertad.
Con la torre parisina, Gustave alcanzó la cumbre de su carrera. Sin embargo, su reputación se hundió de manera estrepitosa por culpa del fiasco del canal de Panamá, destinado a unir el Atlántico y el Pacífico. Lesseps, el director del proyecto, se negó a escuchar sus recomendaciones, y las obras avanzaron con gran lentitud y una elevada mortalidad entre los trabajadores. Después de un montón de piruetas financieras, Lesseps y su hijo declararon la empresa en bancarrota. El fiasco se llevó los ahorros de unos ochocientos mil pequeños inversores. Eiffel firmó un acuerdo para cobrar la parte del trabajo realizada y se retiró de Panamá. Pero, el 7 de septiembre de 1891, el juez ordenó registrar su casa. Un año después lo llevaron a los tribunales, acusado de estafa y abuso de confianza. Eiffel no supo explicar de manera convincente algunas irregularidades, y fue condenado a dos años de cárcel, una pena que no llegó a cumplir porque ganó la apelación por un defecto de forma. Sin embargo, la nueva sentencia no era absolutoria: el juez no entraba en si Eiffel era culpable o inocente. Para saber más sobre este personaje, Isabel Margarit, directora de historia y vida, y la periodista Ana Echeverría Arístegui recomiendan leer la biografía de David Harvie Eiffel: The Genius Who Reinvented Himself (History Press, 2004), o la edición en castellano de la biografía Gustave Eiffel de Bertrand Lemoine (Akal, 2002), con un epílogo sobre Eiffel en España. Finalmente, en Movistar Plus+ se encuentra el documental El desafío de la torre Eiffel, con documentos personales y recreaciones en 3D del proceso constructivo.