EL DESAF�O DEL ALCALDE RESPONSABLE
Poder, responsabilidad y pequeño hurtos: la vida de un alcalde Minecraft...
1 Sé que será una pura cuestión de azar el hecho de encontrar un pueblo dentro de una asumible distancia a pie, así que no perderé el tiempo. Tomo una dirección (la única que no está oscurecida por el denso bosque) y avanzo con saludable trote. Tras atravesar a este ritmo dos desiertos, la tundra helada y por la noche una sabana repleta de creepers, me siento desfallecer de hambre. Pero entonces, con sólo un corazón y medio entre mi existencia y el tenebroso más allá, y tras haberme intoxicado con un trozo de pollo mal cocinado que me agencié de camino, lo veo. Mi nuevo hogar. Mi nuevo cargo de alcalde. Te bautizo como… Besteros. Sí, creo que vi demasiados episodios de “Juego de tronos” la semana previa a emprender este desafío...
2
Paso los primeros días conociendo a los lugareños, que parecen estar prosperando a pesar de que el terreno local es bastante estéril. Hay una biblioteca dirigida por un extravagante tipo con un abrigo morado (al que llamo Percy) y tres trillizos idénticos, Bill, Barney y Benedict, que pasan el día llamando a las puertas de los vecinos para intentar vender flechas y trigo. Considerando que ellas cuatro son las únicas personas que viven aquí, como negocio parece un poco... absurdo. Así que, sin permitir que las frikadas de mis conciudadanos me distraigan, me dispongo a escribir una lista de objetos que necesito para establecer un bar: sillas, banquetas, botellas de cristal, el correspondiente letrero. Entonces me doy cuenta. Esto es en una llanura inhóspita. Hasta una tribu nómada mongola tendría problemas para asentarse aquí. No hay un árbol ni una roca a la vista. Mientras oteo a las afueras del pueblo, hallo mi respuesta. Hay otro pueblo a lo lejos. Un pueblo rival. El enemigo. Un nuevo plan: habrá que birlarles recursos.
3 Desembarco del Buey, como la he bautizado, es una aldea a las afueras de un desierto. Hay unas farolas negras que no tardo en sustraer, así como antorchas, postes y techos de madera que acaban dentro de mi mochila. También robo un par de estufas, ideales para la biblioteca de Percy. Luego recojo puñados de arena en el cercano desierto, la cual quemaré para convertirla en vasos de cristal para mi futuro bar de Besteros. Estoy tan contento haciendo acopio de los bienes de la gente de Desembarco que pierdo la noción del tiempo. El sol ya se ha puesto para cuando estoy saciado de arrebatar útiles ajenos. El gruñido de los zombis me sigue de vuelta a casa. Me doy cuenta de que he dejado a Desembarco del Buey sin fuentes de luz para mantener a raya a las criaturas nocturnas y también sin puertas, dejando a la gente completamente indefensa. Pero bueno, si uno quiere hacer tortilla, o poner un bar, tiene que romper algunos huevos, o permitir que los no muertos se den un festín a costa de todo un pueblo.
4
El bar marcha muy bien, pero tengo graves problemas a la hora de conseguir personal para trabajar. Querría tener un camarero de barra para anotar los pedidos de bebidas, así como un chef en la cocina para hacer los desayunos diarios y cocinar tiras de pollo frito y cosas así, pero aquí todos ya tienen trabajo. Sí, absurdo, pero lo tienen. Regreso a Desembarco en busca de talento, pero ahora es un pueblo fantasma. Les deben de haber devorado las criaturas. De todos modos, al final recluto a Percy, que parece un tipo confiable. Bueno, más bien lo recluyo.
5
¡Gran noche de apertura! Y eso que aún no he terminado de poner la chimenea ni las sillas de respaldo alto que van alrededor. La velada es interrumpida por unos zombis, presumiblemente los que arrasaron Desembarco, que golpean la puerta. En mi afán por construir un lugar donde beber y divertirse, olvidé que lo primero era garantizar la seguridad del pueblo. Tengo que bloquear la puerta con planchas de madera y pasar la noche en nuestro, aún no del todo abastecido, bar con la única compañía de Percy. El tipo está loco. Ahora mismo está aquí en la barra pidiéndome que le cambie unas esmeraldas que no tengo por unos libros que no necesito. Quizás intente mañana convencer a Benedict de que ocupe su lugar...
6
El pueblo ya está seguro, bien iluminado de noche y rodeado por un muro de arena. Nadie entra ni sale. Curiosamente, hoy apareció un hombre en la biblioteca de Percy. Intuyo que nuestro chiflado librero le ha estado escondiendo en su sótano. No tardo en contratarle como chef. Bueno, más bien le arrastro hasta la cocina y bloqueo todas las puertas salvo una ventanita que da a la barra para que así pueda comunicarse con los camareros. Esto marcha.
7
¡El bar está terminado! Ya sólo queda celebrarlo con algunos brebajes (el vodka sabe un poco aguado, probablemente porque es agua y no vodka) y comida de calidad (si así consideramos a la carne podrida de zombi quemado). Estoy convencido al 100% de que las vidas de los ciudadanos de Besteros han mejorado ostensiblemente gracias a la labor de su nuevo alcalde. Soy la repera.