Watara W Supervision
La portátil mutante taiwanesa
El brutal éxito de Game Boy alentó que otras compañías probaran suerte, como Watara
Tras revolucionar el mundo del videojuego con su primera consola portátil con cartuchos intercambiables, Nintendo tuvo que afrontar una dura competencia desde todos los frentes posibles. No solo SEGA, Atari y Bandai intentaron desbancarla con sus propias propuestas portátiles (Game Gear, Lynx y WonderSwan, respectivamente), sino que incluso otras compañías asiáticas menos conocidas también probaron fortuna. Es el caso de Watara, un fabricante taiwanés que intentó golpear a Game Boy allí donde más podía dolerle: en el precio. Así, Watara lanzó en 1992 la Supervision, una portátil que partía de unas premisas similares (monocroma, con juegos intercambiables sencillos y adictivos...), pero con un precio aún más ajustado si cabía: en el mercado americano se lanzó por 49$ (hoy, al cambio, serían 44 euros). Un movimiento inteligente para llamar la atención de un mercado en plena ebullición y repleto de alternativas, pero que por regla general eran más caras. Así, Watara Supervision se lanzó como la alternativa "barata", pero como el rival a batir, sin descuidar otros aspectos.
Extras a precio interesante
Al igual que Game Boy, Watara Supervision incluía de serie un juego, Crystball, un juego tipo Breakout (consistente en romper ladrillos con una bola). Ese era el primer gancho para atraer, pero no el único. Watara Supervision contaba además con la pantalla monocroma más grande del mercado (aunque tenía un "ghosting" o efecto estela horrible) y, además, fue pionera en algunos aspectos, como poder conectar la portátil a la tele para disfrutar de sus juegos en una pantalla más grande y, además, con 4 colores (algo similar a lo que haría Super Game Boy en Super Nintendo). Watara tenía previsto incluso desarrollar un cable que permitiera disfrutar de los juegos a todo color en el televisor, pero se canceló al no alcanzar el sistema del éxito esperado.
Para facilitar más las cosas, Watara no centralizó ni la distribución ni el marketing, que quedó a merced de las compañías interesadas en el producto. Así, según el territorio, era posible encontrar
WATARA SUPERVISION TRATÓ DE COMPETIR CON GAME BOY OFRECIENDO UN PVP MUY BAJO
la consola , con su nombre Supervision, bajo marcas muy distintas, desde Quickshot en Reino Unido a Hartung en Alemania, Videojet en Francia, Audio Sonic en Italia, Vini en Dinamarca o Electrolab en Argentina. En otros territorios, como Taiwan, era posible encontrarla con un nombre totalmente distinto, como Tiger Boy. En total, 11 nombres distintos...
Su talón de aquiles
Aunque contó con tres versiones distintas compatibles todas con el catálogo de cartuchos (podéis ver los diseños en el cuadro de la derecha), Watara Supervision no consiguió conquistar a los jugadores. Aparte de los mencionados problemas de ghosting de la pantalla, las razones pudieron ser muy variadas, des- de un montaje y acabado inferior al de la competencia a una librería de juegos que no contó con el soporte de los estudios japoneses y americanos, lo que la condenó a recibir solo clones de factura asiática de juegos conocidos. Aún con todo, entre su catálogo de casi 70 juegos es posible encontrar alguna que otra joya, al menos en cuanto a diversión, como del mencionado Crystball o la adaptación de SuperPang, a cargo de Sachen.
Sus juegos se lanzaron en todo tipo de formatos y packs, desde con cajas a en blisters de plástico. Algunos de ellos están hoy en día muy cotizados, aunque no tanto como la propia consola, que en buen estado y con su caja original, puede llegar a superar holgadamente los 250 euros en páginas de subastas.