ZELDA. LINK'S AWAKENING
Hace la friolera de 26 años, Nintendo demostró que en GB cabían aventuras tan complejas como las de SNES
Hace ya la friolera de 26 años, Nintendo demostró que su popular Game Boy podía a acoger aventuras tan complejas como las de su hermana mayor, SNES. Y lo hizo firmando la más s peculiar y encantadora aventura de Link creada hasta entonces. Una odisea de bolsillo que sigue enamorando como el primer día.
Hablar de The Legend of Zelda: Link´s Awakening es hacerlo de una de las entregas más curiosas y atípicas de la historia de la mítica saga de Nintendo. Y no sólo porque fue el primer Zelda en ver la luz en Game Boy, o porque, a diferencia de las anteriores tres aventuras para NES y SNES, la historia no se desarrollaba en Hyrule y prescindía de personajes hasta entonces imprescindibles, como la Princesa Zelda o Ganon El estreno de Link en portátil fue tremendamente especial por muchas más razones que se motivaron ya desde su inusual fase de desarrollo.
A comienzos de la década de los 90, y tras el tremendo éxito de The Legend of Zelda: A Link to the Past, el director Takashi Tezuka decidió emplear parte de su tiempo libre en experimentar, casi si como de un pasatiempo se tratara, con nuevas mecánicas ecánicas para la saga. Unas que, además, más, pudieran encajar en el mucho más limitado hardware de Game Boy.
De hecho, su idea primigenia fue la de intentar trasladar el aclamado título de Super Nintendo a la portátil, pero, muy pronto, el creativo nipón dejó volar su imaginación y comenzó a reinventar aquel universo marcado por la Trifuerza y el poder de la Espada Maestra. Poco a poco, y siempre acompañado de un tono casi paródico, el proyecto fue alejándose de A Link to the Past y ganando magnitud gracias a la incorporación de otras figuras clave de la compañía.
Finalmente, esta “locura” llegó hasta las altas esferas de Nintendo, quienes no dudaron en dar luz verde al proyecto. Así, en 1993, Link naufragó hasta la Isla de Koholint, un exótico y remoto paraje del que debía escapar despertando al Pez Viento, algo que solo lograría obteniendo
los 8 instrumentos musicales ocultos en lo más profundo de las peligrosas mazmorras que salpicaban la isla.
Esta épica misión daba pie a una aventura que mantenía gran parte de la fórmula de A Link to the Past, pero que introducía un inmenso número de novedades. Una de las principales fue el aumento en la profundidad de la exploración gracias a un sistema que el propio Tezuka reconoció que estaba inspirado en la leyenda popular nipona Warashibe Choja, y que relata cómo un campesino se convierte en millonario a través de una sucesión de trueques.
Trasladado al juego, esto se traducía en la búsqueda de determinados objetos que Link debía entregar a otros personajes con el fin de obtener un beneficio que le permitía conseguir una nueva habilidad o acceder a la siguiente mazmorra. A este sistema se le unían otras actividades, como la pesca o un juego de garra mecánica con el que debía obtener un peluche de Yoshi. Y es que otra de las particularidades de este Zelda fue la enorme cantidad de guiños a otros títulos de Nintendo que contenía, con la presencia de Plantas Piraña, Chomp Cadenas o habitantes de Koholint inspirados en Mario o Luigi.
Muchos de estos encuentros estaban repletos de humor, con personajes secundarios que rompían la cuarta pared a través de sus diálogos, pero que también fomentaban algunas de las relaciones más complejas y profundas que se habían visto hasta la fecha en la saga. De hecho, Yoshiaki Koizumi, el responsable de la historia del juego, aseguró que se había inspirado en la serie Twin Peaks, para crear un universo en el que el misterio y la sospecha rodeara a todos sus integrantes.
Esta bien llevada complejidad no sólo dio pie a una fantástica historia, sino que resultó ser el complemento ideal para unas mazmorras perfectamente ejecutadas y maravillosamente diseñadas, que estaban al mismo nivel de lo que había ofrecido A Link to the Past en Super
Nintendo, un verdadero hito debido a las limitaciones técnicas de la consola portátil de Nintendo. Todo lo anterior, unido a infinidad de impagables detalles añadidos, como enormes jefes finales o sencillas fases plataformeras en las que la vista cenital daba paso al scroll lateral (al estilo de la segunda entrega de la serie para NES), convirtieron a The Legend of Zelda: Link´s Awakening en uno de los mejores títulos del catálogo de Game Boy.
Y no solo eso. Aún a día de hoy, muchos fans de la saga consideran a este mágico despertar de Link como uno de los máximos exponentes de la historia del imperecedero héroe. Nosotros, por supuesto, estamos de acuerdo con ellos, y ya estamos reviviendo la trama, una vez más, a través del espectacular remake para Nintendo Switch.