Fictiorama Studios
Los hermanos Oliván, Luis, Alberto y Mario, son los fundadores de Fictiorama Studios, uno de los casos de éxito recientes del software español con DeadSynchonicity. Repasamos con ellos su inspiradora historia.
Con la normalización de las plataformas de distribución digital y la aparición de motores y herramientas cada vez más económicos, es innegable que estamos asistiendo a un nuevo "boom" del software español. Y dentro de ese estallido, hay casos especiales, que merecen una atención especial. Esa es la historia de Fictiorama Studios, el estudio madrileño afincado en San Sebastian de los Reyes, creado por los hermanos Oliván, Luis, Alberto y Mario.
Sí, habéis leído bien, tres hermanos que un buen día decidieron dejar sus respectivas ocupaciones y perseguir un sueño que abrazaban desde bien pequeños: crear un videojuego. Una historia que arrancó cuando uno de ellos, Alberto, culminó el relato que serviría de fondo al juego. Una historia dura y con gran fuerza, en un mundo distópico, que convenció a los otros dos hermanos. Era el momento de intentarlo.
Así pues, formaron la empresa en apenas una semana y, con la ayuda de un crédito del ministerio de Industria, comenzaron a trabajar. ¿El objetivo? Tener una demo lista para demostrar que la cosa iba en serio en Kickstarter, la plataforma de micromecenazgo. ¿Es obligatorio pasar por ella para sacar tu juego adelante? "Tuvimos la suerte de que todo salió muy bien", nos contó Luis, "conseguimos la financiación, el juego ganó tanta visibilidad que varios publishers contactaron con nosotros como Daedalic... pero claro, también puede salir todo muy mal. Nosotros teníamos muy claro que la fecha de lanzamiento era cuando tuviéramos una demo, porque era muy importante establecer una relación de confianza con la persona que entrara en la campaña".
DEAD SYNCHRONICITY conectó con los "micromecenas" de todo el mundo por "el aspecto gráfico, que es lo primero que entra por los ojos. Es chocante, original. Luego le hemos querido dar un componente emocional. Y creemos que la historia tiene gancho", nos
cuenta Alberto, "y la vuelta de tuerca a la aventura tradicional" sentencia Luis.
Tras un mes de locura y mucho trabajo, la campaña en Kickstarter se cerró logrando la financiación. Y, con ella, comenzaron las duras jornadas de trabajo (de 9 de la mañana a 7 de la tarde, picos de trabajo y fines de semana aparte). Una dedicación exclusiva de un reducido equipo. Según Alberto "ser pocos tiene unos inconvenientes brutales, pero también tiene ventajas, como que el proyecto ha ido creciendo de forma orgánica, todos somos responsables de todo". Un ejemplo es la música, a cargo del grupo Kovalski, formado por dos de los hermanos Oliván (Alberto y Mario). Se ha ido modificando y ajustando al tiempo que se remataban, por ejemplo, los puzles o las cinemáticas. De hecho, es una de las cosas que les gustaría mantener de cara al futuro, seguir siendo un grupo reducido para poder mantener esta forma artesanal de hacer las cosas, que también facilita la comunicación. "Trabajar con tres hermanos cuesta al principio, porque no tienes la conexión que tienen ellos, pero al final te vas metiendo y te arropan bien" nos confesó Martín, el responsable de dotar de una estética única a DeadSynchronicity.
FICTIORAMA STUDIOS optó también a las ayudas estatales de 2014 para la industria del videojuego, 40 millones de euros de los que la mitad no se asignaron (los requisitos solo los cumplían los grandes"). "En las capas más altas del gobierno, el videojuego se sigue viendo como algo para niños, mientras que en otros países tienen ayudas y reconocimiento. Aquí, los que deberían reconocerlo, no lo reconocen" afirma Mario, dejando claro que a la hora de desarrollar videojuegos aquí se está solo. Por eso su éxito es aún más meritorio.