Sería injusto decir que hasta mediados de los años noventa no habíamos gozado de la velocidad en ordenadores, consolas y máquinas recreativas, pero también lo sería negar la aportación de una serie que debutaba por entonces en el género.
n SuperMonacoGP y VirtuaRacing, con permiso de ciertos juegos del género para PC, fueron los títulos basados en la categoría reina del motor que más popularidad tuvieron en los años previos al lanzamiento de Formula1. La evolución gráfica del género de la velocidad estaba siendo notable, si bien parecía que iba en correlación con productos más enfocados hacia la simulación que al estilo arcade, algo que rompería nuestro juego de hoy en 1996.
Su apariencia era realista y por primera vez un juego de la F1 en 3D se había hecho con la licencia oficial, pero el aparentemente predestinado enfoque
PROBABLEMENTE
de simulador no fue tal y el título acabó siguiendo los cánones de los videojuegos para consola: diversión directa por encima de cualquier otra consideración.
Ese punto de vista no quitó que la producción presentara unas físicas poco condescendientes al error, que los coches perdieran partes al tocarse entre ellos o que las condiciones climatológicas influyeran decisivamente en el control. Además, el juego se basó en el campeonato del año 95 y presentaba sus veintiséis pilotos, trece equipos y diecisiete carreras, así como las necesarias visitas a los boxes. Esto conformaba el modo Grand Prix como el auténtico corazón del título, aunque podíamos echar unas carreras sueltas sin mayores preocupaciones.
LOS MARCADORES EN PANTALLA,
cogidos de las retransmisiones televisivas de la época, contribuían a aumentar el nivel de similitud con el espectáculo real, una imitación que se acrecentaba si manteníamos activadas opciones como el desgaste de los neumáticos o la no asistencia a la frenada. Las sesiones de práctica y clasificación también estaban, y técnicamente el sonido empujaba en lo referente a los propios motores y por la banda sonora, muy cañera y con algunos temas de Joe Satriani y Steve Vai.