Micro Machines: World Series

Una fórmula de otro tiempo

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Una de las sagas más míticas de Codemasters vuelve por la puerta pequeña, con coches en miniatura, con un control minimalista y a precio reducido.

Micromachines:worldseries recupera el espíritu de aquellos juegos de carreras que vimos en Mega Drive, Super Nintendo o Playstation, pero la fórmula ha envejecido tirando a mal. La nostalgia, dependiendo del género, puede ser un arma de doble filo.

Caos a vista de pájaro noventero

Ya sea online u offline, podemos participar en varios tipos de competiciones. Por un lado, hay carreras al uso, en las que toca dar vueltas a circuitos ambientados en sitios hogareños (una cocina, un taller, un estanque). Por otro lado, hay pruebas de eliminación, en las que el scroll de la pantalla trata de "comernos" y gana el último en sobrevivir. Finalmente, hay tres tipos de batallas por equipos: rey de la colina, capturar la bandera y hacer estallar bombas en la base enemiga. En las carreras, hay power ups en forma de explosivos, martillos y ametralladoras, mientras que, en las batallas, cada uno de los doce vehículos disponibles (deportivo, tanque, ambulancia, etc.) cuenta con cuatro armas diferentes, tanto ofensivas como defensivas. Pese a las buenas ideas, las pruebas son un caos: es imposible escaparse y, a menudo, acabamos en la cuneta sin comerlo ni beberlo, en un festival de explosiones muy frustrante. El control responde bien, pero es ramplón y la perspectiva juega malas pasadas. Aparte, el motor Unity no luce y hay ralentizaciones.