The Elder Scrolls V: Skyrim
PARA GRITAR "FUSRODAH" DE ALEGRÍA EN CUALQUIER PARTE
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Uno de los mejores juegos de la generación pasada se adecuó en 2016 a PS4 y One, y, ahora, esa revisión sirve de base para su debut en Switch, ofreciéndonos la posibilidad de disfrutar de su gigantesco mundo y sus enormes opciones en cualquier parte.
Y lo cierto es que, para sorpresa de muchos, Switch cumple la papeleta con nota. El port es más que sobresaliente a la hora de conservar intacto todo, desde su enorme mapeado hasta la más mínima opción, ya sea el inventario, la evolución de habilidades, los diálogos (voces en castellano con parche de 3 GB) o el sistema de combate, que permite asignar armas, hechizos o recursos defensivos a cada mano. Y lo mejor de todo es que Switch lo mueve y gestiona con soltura, sin sufrir ralentizaciones ni hacer nada raro, e incluyendo las tres expansiones, que multiplican su duración.
La Sangre de Dragón brilla en portátil
Skyrim en Switch añade un par de novedades, si bien parecen más una idea feliz de última hora que algo que merezca la pena. Se puede utilizar el control por movimiento para combatir (protegernos, atacar, usar el arco...) y emplear ganzúas, algo que, pasada la prueba inicial, resulta más bien inoperante. La otra, la compatibilidad con amiibo, es también una chorradita (podemos encontrar los mismos ítems "zelderos" explorando el mapa). Pero donde realmente brilla esta versión es en modo portátil. Se mueve a 720p y 30 fps de forma superestable y fluida, y manteniendo un nivel visual soberbio, ya sea jugando en primera o en tercera persona. En la base, sigue siendo impresionante, si bien algunas texturas y elementos cantan más. Y, aunque algunos apartados, como el editor o las animaciones, resultan algo toscos hoy día, sigue siendo tan buen juego, tan largo y divertido, que se lo perdonarás todo.