LA INDUSTRIA DEL VIDEOJUEGO EN ESPAÑA
Profundizamos en el estado actual del desarrollo de videojuegos dentro de nuestro territorio
atodos los que amamos esta forma de ocio nos gustaría encontrarnos con otra situación. Nos referimos al estado actual que vive la industria del videojuego en nuestro país, un sector que, a pesar de los esfuerzos de unos y otros (DEV, AEVI, compañías como Sony gracias a su estrategia Playstation Talents...), no pasa por su mejor momento, si lo comparamos con lo que sucedía varias décadas atrás. Y es una pena, teniendo en cuenta el talento que hay en nuestro país y que se empieza a demostrar con juegos que ya llaman la atención fuera de nuestras fronteras.
¿Falta de preparación... o de recursos?
A mediados de los 80, España era una potencia mundial en el desarrollo de títulos para ZX Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64 y demás ordenadores clásicos de la época. Fue una era en la que cualquiera, literalmente, podía programar él solito (o con la ayuda de una o dos personas más) un juego completo en semanas... o incluso días. Inversiones modestas de dinero, recursos y tiempo dieron vida a obras incunables que tuvieron una repercusión internacional increíble. Con esto, quiero dejar claro que, en cuanto a talento, ganas y capacidad creativa, siempre hemos destacado. Entonces, ¿por qué ya no somos líderes en el desarrollo de videojuegos? ¿Qué ha cambiado? Pues... todo. Esta industria ha crecido de manera exponencial desde aquellos días en todo lo que forma parte de la misma: impacto cultural y social, trascendencia en medios, proyección laboral... y, sobre todo, en volumen de negocio y costes. Crear un videojuego "en condiciones" acarrea un esfuerzo económico difícil de costear para la inmensa mayoría de los estudios de desarrollo que ahora mismo se encuentran instalados en nuestro país, incluso para los más importantes, como Mercury Steam o Tequila Works, por ejemplo. Pero claro, sin inversión, es complicado concebir títulos de cierta relevancia e impacto internacional, dado que casos como los de Minecraft —producciones relativamente humildes que han alcanzado la gloria— son verdaderas excepciones. Por lo tanto, es la pescadilla que se muerde la cola. Sin la inversión económica necesaria (de varios millones de euros), es casi imposible competir de tú a tú y en igualdad de condiciones contra el resto de producciones internacionales de un mínimo prestigio. Y, lamentablemente, ni uno solo de los más de 450 estudios y compañías de software que existen en España puede adentrarse en dicho terreno... al menos sin recurrir al "amparo" de alguna compañía editora internacional, circunstancia que, salvo casos muy contados, no suele producirse. Con esto en mente, lo cierto es que bastante mérito acapara nuestra industria cuando echamos un vistazo al número de títulos creados en nuestro país. Sólo el año pasado, aparecieron varias decenas de juegos tanto para consolas como para PC, sin
contar las aplicaciones destinadas a dispositivos móviles. Juegos como Candle, Metroid: Samusreturns o RIME obtuvieron un notable reconocimiento fuera de nuestras fronteras, si bien sus ventas (y ésta es una opinión muy personal) no estuvieron a la altura de lo que se merecían. Pero, siendo objetivos y echando un vistazo al cuadro que tenéis a la izquierda, ni uno solo de los títulos "made in Spain" alcanzó una nota de sobresaliente en Metacritic. Y eso que hemos seleccionado los más importantes y mejor valorados, en líneas generales, aunque nos faltan los más recientes, como Crossingsouls o Theredstrings Club, ambos distribuidos por Devolver Digital.
esfuerzo, inversión y autocrítica
Resulta muy complicado idear una receta que pueda dar un empujón a nuestra industria para que crezca de la manera que a muchos nos gustaría. Lo que está claro es que el respaldo económico es fundamental, y, mientras no consigamos equipararnos medianamente con el resto de estudios internacionales en este ámbito, poco se puede hacer. Pero no es sólo una cuestión de dinero. La infraestructura de la mayoría de los estudios y compañías de software españoles es demasiado humilde, hasta el punto de que casi la mitad de ellos están formados por menos de cinco trabajadores: así, resulta complicado crear un juego. Y, luego, está todo lo relacionado con la formación, un área que, si bien en los últimos años se ha ido potenciando dentro de nuestro territorio, tiene todavía mucho, muchísimo por mejorar. ¿Qué tenemos a nuestro favor? De entrada, sin querer caer en el chovinismo, desde hace décadas ya se ha demostrado que existe talento en nuestro país a la hora de crear videojuegos. Eso es un hecho. Por otro lado, y como a los que llevamos muchos años en esta industria nos consta, existen muchos profesionales dotados de un espíritu y una capacidad de trabajo descomunales que, si les proporcionaran los medios necesarios, podrían dar vida a producciones maravillosas. ¿Verán nuestros ojos una época similar a la que vivimos durante buena parte de los 80 y principios de los 90? Se nos antoja complicado a corto plazo, pero, a poco que se le acerque, muchos nos daríamos por satisfechos.
para desarrollar un juego en condiciones, es necesario invertir muchísimo dinero