REPORTAJE
Por si su "hibridez" no hubiera sido ya una revolución suficiente, el 27 de abril Switch nos volverá a sorprender con Nintendo Labo, una genial simbiosis entre el pasado y el futuro
Nintendo Labo
Si de echar la imaginación a volar se trata, ninguna compañía ha arriesgado nunca tanto como Nintendo, sobre todo en los últimos años, una vez aparcada la batalla gráfica con Sony y Microsoft. Claros ejemplos de ello fueron DS, con su pantalla táctil, sus entrenadores mentales o sus "cursos de idiomas", y Wii, cuyo control por movimiento causó furor. En la siguiente generación, se intentaron dos nuevas revoluciones, con el efecto tridimensional de 3DS y el tabletomando de Wii U, pero ninguna de las dos ideas funcionó. La segunda, de hecho, se tradujo en un auténtico descalabro.
Sin embargo, Nintendo no cejó en su empeño por inventar nuevas formas de jugar y volvió a dar con la tecla con el concepto híbrido de Switch. Nadie preveía tal éxito... ni tampoco que ésa no sería la única revolución que traería consigo la consola. El 27 de abril, llega otra, Nintendo Labo, pensada a priori para niños (y para sus padres), pero que también cautivará, seguro, a muchos adultos. Inicial- mente, habrá dos kits, el de Robot (74,95 €) y el Variado (64,95 €), pero llegarán más en el futuro.
tecnología punta... de cartón
Labo supondrá una nueva forma de disfrutar de Switch, que combinará construcción y videojuegos. Cada caja incluirá un software con una o varias experiencias de juego, así como planchas de cartón que habrá que ensamblar, con ayuda de las instrucciones que se desplegarán en pantalla, para construir figuras llamadas Toy-con. Esos juguetes servirán como mandos de control o como experiencias en sí mismas, gracias a la integración de los Joy-con, cuyas características exprimirán. Lejos de ser simple cartón, cada Toy-con tendrá un diseño determinado para dar un uso jugable al sensor de movimiento, la cámara infrarroja o la vibración HD. Además, la idea es que el usuario experimente e invente nuevas formas de jugar. Como antaño, los videojuegos vuelven a ser juguetes... y viceversa.