Call of Cthulhu
Cyanide nos lleva a la isla de Darkwater para esclarecer un asesinato. Allí, nos esperan los elementos típicos de la obra de Lovecraft: personajes misteriosos, cultos místicos, la lengua R'lyeh... A grandes rasgos, es una aventura gráfica con elementos de RPG, como la mejora de estadísticas que nos ayudarán a resolver situaciones de distintas formas (explorando, hablando, por la fuerza...). Es una buena idea, sólo que apenas ofrece situaciones que tengan múltiples resoluciones. Y lo mismo pasa con las consecuencias de las decisiones que tomamos en las conversaciones: son poco evidentes o inexistentes. Ése es el principal problema del juego: presenta buenas ideas que no se terminan de aprovechar. Además, le cuesta dar miedo. Por suerte, la atmósfera es muy buena, gracias a un gran apartado artístico, que sirve para ocultar que no es ninguna maravilla técnica.