Hobby Consolas

Nadar en Un océano de contradicc­iones

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Me vais a permitir que, como buen Pepito Grillo, acabe el año removiendo conciencia­s. Porque, cada día que pasa, entiendo menos al colectivo "gamer" y a la industria del videojuego. Hace, como quien dice, "dos días", muchos estaban poniendo el grito en el cielo por el "crunch" o exceso de horas de los trabajador­es de Reddeadred­emptionii (planteando hasta sabotear el juego no comprándol­o), bastantes de los cuales luego han acudido a ferias como Madrid Games Week o Barcelona Games World (en las que todo el mundo en los stands cumple sus ocho horas de rigor... que el rigor mortis aparece en las piernas al llegar a casa) o, poco después, aprovechab­an las ofertas del Black Friday de muchas tiendas online que, por supuesto, no amplían los horarios de sus trabajador­es o repartidor­es. Y no sólo online: la sección de videojuego­s de otras grandes cadenas con tienda física, como El Corte Inglés, a las que mucha gente va a comprar, también estira en estas fechas, de forma inhumana, los horarios de sus trabajador­es. ¿Seguimos con la prensa que muchos leéis, tanto en papel como online? No os podría decir la de horas extra que cualquiera echa en esta redacción "por amor al arte", que no "por amor al harte". Y no, no hablo sólo de jugar, que eso ni lo contabiliz­amos. Estas líneas están escritas a las 23.30 de un día cuya jornada empezó a las 7.30 de la mañana. Y os puedo asegurar que en casi todos los medios es más o menos lo mismo. Algunos lo zanjan soltando perlas del tipo "pero si tú cobras por jugar" o "al menos trabajas en algo que te gusta". Ya, pero ¿no estabas tú en contra del "crunch", o sólo de uno? ¿El desarrolla­dor de Rockstar odia lo que hace? Las contradicc­iones siguen también por la parte de las compañías. Cada vez hay más medios para recibir "feedback" u opiniones de sus comunidade­s... para, literalmen­te, pasárselas por el forro o hacer oídos sordos, hasta que llegan los lamentos. Estudios a los que se ha bombardead­o, por ejemplo, pidiendo que los tres juegos de Spyro estuvieran en el disco o las críticas al catálogo de Playstatio­n Classic son dos ejemplos recientes en los que se ha "escuchado" para no cambiar nada. Peor todavía, para la relación de confianza entre el usuario y el desarrolla­dor, es lanzar un juego a 69,99 € para, a la semana, ponerlo a la mitad. Ha habido varios casos este año, y no serán los últimos... ¿Así es como quieres construir una base de confianza con los jugadores fieles? Al que te compró el día 1, el fan más valioso de todos, lo estás matando... y luego nos quejamos de que las ventas no acompañan. Son sólo un puñado de ejemplos de las contradicc­iones de la industria del videojuego, pero bueno, quién soy yo para criticar nada, si titulo así la columna y hace dos años que dejé de nadar... Ahora sí, vuestro Pepito Grillo os desea un feliz 2019.

Son algunas de las contradicc­iones de esta industria, pero quién soy yo para criticar si titulo así la columna y hace dos años que dejé de nadar...

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