SUPER smash Bros Ultimate
Un cartucho que es mucho más que un arcade de lucha: es un homenaje a la historia del videojuego
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Con un solo combate por generación, Supersmashbros se ha convertido en uno de los púgiles estrella de Nintendo. Ahora, llega una entrega que repasa su trayectoria y lo fortalece para convertirlo en un referente de Switch.
Yo renegué del género de la lucha hace años, pero esta saga es una excepción, tanto por su idiosincrasia como por los recuerdos que tengo de ella. No en vano, las dos primeras entregas, para Nintendo 64 y GameCube, me dieron cientos de horas de diversión junto a mi hermano y mis amigos. Por aquel entonces, Masahiro Sakurai y su equipo se limitaban a mezclar "sólo" contenido de sagas de Nintendo, pero, en las dos entregas siguientes, para Wii y Wii U-3DS, el crossover creció en ambición para acoger a personajes, escenarios u objetos de otras compañías: Sega, Konami, Bandai Namco, Square Enix, Capcom...
Lo viejo y lo nuevo, de la mano
Ultimate es una aglutinación gigantesca, que retoma la jugabilidad de siempre y mucho del contenido preexistente. Sin embargo, a diferencia de conversiones como Mariokart8deluxe, es mucho más que un mero ejercicio de reedición o remasterización.
En primer lugar, dan cuenta de ello los nuevos luchadores únicos: Inkling, Ridley, Simon Belmont, King K. Rool, Canela e Incineroar, a los que se pueden sumar versiones eco como Ken, Samus Oscura o Richter. Incluso se podría contar como fichajes a los personajes que fueron carísimos DLC en Wii U y que muchos no disfrutaron, como fueron Ryu, Bayonetta, Cloud y Corrin. Los nuevos escenarios sí se quedan algo cortos: Ayuntamiento de Nueva