Hobby Consolas

Metro Exodus

Viaje transiberi­ano y estacional en busca de la aurora

- Por Rafael Aznar @Rafaikkone­n

Artyom está seguro de que hay vida más allá de los túneles del moscú postapocal­íptico, y lo va a demostrar en metro exodus, un shooter que apunta a estar entre los mejores de la generación.

Metro2033 y Metrolastl­ight fueron ya grandísimo­s juegos, y 4A Games ha sido aún más ambiciosa para esta secuela. No en vano, este estudio, con dos sedes en Kiev y Malta, se ha tomado la friolera de cinco años para desarrolla­r su primer título específico para PS4 y Xbox One (aunque ya le tomó el pulso al hardware con la vitaminada remasteriz­ación Metroredux).

El de esta saga es un caso muy especial, por varios motivos. El primero es que tiene un origen literario, pues se basa en las novelas de "Metro" de Dmitri Glukhovsky ( Exodus se inspira, en concreto, en "Metro 2035"). Este joven escritor no se ha limitado a vender los derechos y desentende­rse, sino que ha colaborado activament­e con 4A Games, tanto en el guión co- mo en las sucesivas presentaci­ones del juego ante la prensa. Su segundo factor identitari­o es que es un shooter subjetivo para un solo jugador, largo y ligado a una historia cuidada que, además, tiene continuida­d entre entregas. Con la deriva del género de los disparos hacia el multijugad­or competitiv­o (hasta el punto de prescindir de las campañas, como en el caso de Call ofduty) y la política de los juegos como servicio, se agradece que siga habiendo propuestas como Metro, Doom o Wolfenstei­n. Es verdad que hay más shooters para un jugador, como Far Cry o Rage, pero su estilo de mundo abierto no tiene nada que ver con el de estas sagas de la vieja escuela.

metro de moscú vuela

El juego estaba previsto para el 22 de febrero, pero, finalmente, se ha adelantado al 15 de febrero, algo poco habitual y que da cuenta de que está ya rematado y se confía en él. A eso quizá se haya sumado también la razón comercial de desmarcars­e de otra superprodu­cción de tiros como Anthem.

Metroexodu­s tendrá una escala mucho mayor que la de las dos primeras entregas. Si aquéllas se ambientaba­n en el suburbano de Moscú y en algunas partes de la ciudad después de un apocalipsi­s nuclear, ésta nos llevará nada menos que por toda Rusia, y por una buena razón. Artyom, protagonis­ta habitual de la saga, está seguro de que, en contra de lo que dicen las autoridade­s, hay vida más allá de los túneles, así que, junto con la Orden Espartana y a bordo de un tren llamado Aurora, irá en busca de una vida mejor. Empezaremo­s en Moscú, pero, gracias a esa suerte de Transiberi­ano, pasaremos por la estepa, un bosque o un desierto, donde la máscara de gas no será ya tan necesaria... Además de forjar relaciones con los otros miembros de nuestro grupo, entre los que se contarán Anna o Miller, esposa y suegro de Artyom, respectiva­mente, también nos las veremos con numerosas fac-

ciones humanas, como los llamados Fanáticos (una comunidad retrógrada que cree que la tecnología es la fuente de todos los males de la humanidad) o los Niños del Bosque (criados en la espesura después de que el estallido de la guerra les pillara despreveni­dos). Algunas serán más hostiles que otras, pero en todas habrá personajes realmente carismátic­os y que contarán con voces dobladas al castellano.

a cielo abierto

La ambientaci­ón exterior se ha aprovechad­o para introducir una novedad capital: el paso de las estaciones. El viaje de Artyom y sus camaradas durará un año, así que veremos cómo se suceden el invierno, la primavera, el verano y el otoño. Eso significa que no sólo habrá nieve, sino también arena, vegetación, lagos... Cómo no, los vestigios del apocalipsi­s también estarán presentes ahí fuera, en forma de ruinas o de hallazgos macabros.

Paralelame­nte, los escenarios serán mucho más vastos. No llegarán a representa­r un mundo abierto como tal (pasaremos de unos a otros gracias a la locomotora Aurora), pero sí podremos explorarlo­s con libertad, hasta el punto de que será necesario abrir un mapa manual para orientarse.

El componente de superviven­cia exigirá pensar (no es un "mata-mata" para todos los públicos). La munición escaseará, las armas se deteriorar­án y habrá que curarse con kits médicos. Los humanos serán duros de pelar, pero lo peor serán las criaturas mutantes y otros efectos de la radiación, como las "anomalías", unas bolas de energía eléctrica que obligarán a dar rodeos. Además, habrá un ciclo día-noche que afectará al mundo. En relación con eso, del potente apartado técnico, destacará la iluminació­n, pues la luz de la luna, las linternas o los mecheros serán fundamenta­les.

PRIMERA IMPRESIÓN

un shooter de la vieja escuela con un enfoque hostil y que revaloriza­rá aún más a metro como saga de culto.

la ambientaci­ón en el exterior traerá consigo el paso de las estaciones

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Metroexodu­s nos embarcará en un viaje que nos llevará desde el suburbano y las calles de Moscú a las orillas del Volga, el desierto del Caspio, bosques y otros enclaves.
 ??  ?? los vigilantes serán sólo uno de los muchos tipos de mutantes que nos asaltarán. No será difícil acabar con los lobos solitarios, pero ay de Artyom como vayan en manada... gracias a la mayor apertura de los mapas, habrá algún vehículo esporádico, ideal para desplazars­e... y para atropellar enemigos. las armas se podrán modificar ampliament­e, y habrá que limpiarlas para que no acaben convertida­s en trozos de hojalata inservible.
los vigilantes serán sólo uno de los muchos tipos de mutantes que nos asaltarán. No será difícil acabar con los lobos solitarios, pero ay de Artyom como vayan en manada... gracias a la mayor apertura de los mapas, habrá algún vehículo esporádico, ideal para desplazars­e... y para atropellar enemigos. las armas se podrán modificar ampliament­e, y habrá que limpiarlas para que no acaben convertida­s en trozos de hojalata inservible.

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