Persona 5 Strikers
Fantasmas sin turnos y a lo loco
Tras convertirse en uno de los J-RPG mejor valorados de todos los tiempos, Persona5 está de vuelta con una secuela de lo más atípica, desarrollada por Omega Force, estudio conocido por sus "Warriors". En Strikers, nos reencontramos con los Ladrones Fantasma, que, de nuevo, se enfrentan a los miembros más poderosos y corruptos de la sociedad. El desarrollo es muy similar al de Persona5, en la medida en que tenemos una serie de cárceles (palacios) intercaladas con segmentos de historia. Eso sí, desaparece la parte social, sustituida por decisiones en los diálogos. Es verdad que las primeras veinte horas son un "déjà vu" de Persona5, pero, a partir de la tercera cárcel, se convierte en un "road trip" con momentos emocionantes y que puede durar 50 horas, sin contar tareas secundarias.
Ladrones de turnos
El gran cambio es que se abandonan los turnos para abrazar el musou. Así, nos esperan acción frenética, combos y grandes grupos de enemigos, mezclados con el sistema de combate de Persona5: Persona, debilidades, estados alterados... Y es un caos. La pantalla está tan saturada de enemigos y notificaciones que cuesta saber qué sucede, y se tarda en cogerle el tranquillo. Además, tiene los problemas de los musous: un control duro y una cámara terrible. La acción se desarrolla en las cárceles, mazmorras con un diseño laberíntico, aunque algo irregulares, que juegan con la verticalidad e invitan a recorrer las alturas para tender emboscadas.
No destaca en materia gráfica, aunque la dirección artística se encarga de suplir sus deficiencias y lo convierte en un juego que entra por los ojos. En Switch, rinde muy bien, logrando mantener una tasa de 30 fps estables. La banda sonora es soberbia, y hay que aplaudir el trabajo de localización.