Balan Wonderworld

disfraces para los peques

El nuevo juego de los creadores de Sonic, Yuji Naka y Naoto Ohshima, es un plataformas 3D que nos presenta un mundo surrealista y mágico, donde dos niños van en busca de la felicidad.

El desarrollo es el de un plataformas clásico, con un mundo central desde el que accedemos a doce niveles (con dos actos y un jefe final). La nota distintiva la pone el uso de 80 disfraces, cada uno con su propia habilidad. Algunos son imprescindibles para superar un nivel, y otros son sólo un apoyo. El problema es que hay tantos que resulta complicado recordar en qué acto de qué mundo nos venían bien, porque sólo podemos llevar tres. En ciertos checkpoints, podemos cambiar entre los que hayamos desbloqueado, siempre que no hayamos agotado sus usos... Vamos, que usar un disfraz concreto en un punto exacto llega a ser un problema. Y es una pena, porque el plataformeo tiene un buen equilibrio.

Luces y sombras

El apartado gráfico tiene diseños muy sencillos, pero entrañables. Los escenarios ofrecen momentos oníricos muy potentes, que apelan a su público objetivo: los niños. Es capaz de hacer volar nuestra imaginación y, por eso, el multijugador local es ideal para que unos padres jugones disfruten con sus hijos. En definitiva, nos ha dejado un sabor agridulce. Pese a sus defectos, reproduce ese encanto infantil en el que se inspira, como si fuera el dibujo de un niño: los trazos son muy irregulares, pero su alegría llega a ser contagiosa por momentos.