Returnal
cuando la muerte es el único camino a la verdad
Housemarque, los creadores de Alienation o Resogun, presentan su proyecto más ambicioso hasta la fecha. Un intenso roguelike repleto de acción y ambientado en un hostil planeta alienígena.
El nombre del planeta es Átropos, y la encargada de internarse en él es Selene, una exploradora espacial que, tras sufrir un accidente con su nave, descubre dos cosas: una, que se encuentra rodeada de agresivas criaturas; otra, que está atrapada en un bucle temporal que hace que, cada vez que muere, resucite junto a la accidentada nave. Sin más información, Returnal tarda poco en enseñar sus cartas, o lo que es lo mismo, en poner nuestras habilidades al límite en el primero de sus seis biomas. Con la única ayuda de una pistola y de un traje, que permite realizar una esquiva rápida y un pequeño impulso al saltar, el viaje inaugural de Selene ya deja patente su exigente dificultad a través de unos frenéticos combates contra unos aliens que no dejan de dispararnos, embestirnos y, en resumen, procurar que caigamos en cualquier momento.
Caer para intentarlo de nuevo
Al morir, las "salas" que componen cada bioma cambian proceduralmente, lo que impide que nos aprendamos el camino de memoria y fomenta la búsqueda de recursos. La mayoría de ellos —como los consumibles, que podemos adquirir o encontrar, o los parásitos, unos dispositivos que ofrecen distintas ventajas— se pierden al caer, pero, si logramos avanzar lo suficiente, desbloqueamos mejoras permanentes, como una espada o un gancho, que nos dan nuevas opciones de combate y exploración. Así, el espíritu del juego es el de un roguelike puro: superamos un bioma, vencemos a su enemigo final, pasamos al siguiente... Y, cuando morimos, empezamos desde el principio, perdiendo todo lo que habíamos conseguido (por suerte, hay un "punto de control" en el cuarto bioma). Este sistema, que tan bien funciona en juegos como Hades, no está del todo afinado en Returnal, ya que la dificultad
DEJA PATENTE SU EXIGENTE DIFICULTAD A TRAVÉS DE UNOS COMBATES CONTRA UNOS ALIENS QUE NO DEJAN DE ATACAR
está un tanto desajustada y, a menudo, nuestro éxito depende demasiado de las armas (que, eso sí, ganan mejoras permanentes con el uso) y los consumibles aleatorios que hallamos en cada ciclo, lo que convierte algunos "runs" en un camino duro, pero relativamente asequible, y otros en un auténtico infierno en el que la muerte parece casi inevitable. Por este motivo, limpiar a fondo los escenarios es fundamental para "farmear" objetos tan útiles como botiquines o la figura de astronauta, que nos permite revivir una vez sin perder el avance y, de paso, descubrir la amplia diversidad de Átropos. Cada uno de los biomas tiene un estilo único, y se nos invita a recorrerlos numerosas veces, ya que todos esconden zonas secretas, artefactos que nos resultan realmente útiles (como cámaras que regeneran salud o fabricadores de objetos), lugares a los que sólo podemos acceder tras conseguir una mejora permanente concreta y retazos de una interesante historia que se va desgranando poco a poco. En este sentido, Selene tiene que descubrir el origen de la civilización extinta que otrora moró en Átropos, traduciendo xenoglifos y analizando artefactos, y, aún más importante, hallar la manera de romper el bucle temporal en que se encuentra atrapada. Y todo ello, mientras recomponemos las piezas de la memoria de la exploradora a través de archivos de audio que dejaron versiones de sí misma en otros ciclos y visitando en primera persona una casa terrestre que, misteriosamente, aparece a veces en el planeta.
Aprovechando PS5
Esta narrativa cíclica está muy bien integrada y encaja a la perfección con la atmósfera, que se apoya en las características de PS5 para crear un mundo tan desconcertante como visualmente atractivo. La práctica inmediatez de las cargas tras morir o al teletransportarnos, la enorme fluidez de su motor (salvo algún tirón puntual) o la enorme calidad de la iluminación y los efectos convierten a Returnal en una auténtica experiencia de nueva generación. Sobre todo si tenemos en cuenta el buen uso que hace del audio 3D o de la vibración háptica de Dualsense, que es capaz de reproducir a la perfección efectos como el repiqueteo de la lluvia o los impactos de distintos proyectiles. Con una duración que en nuestro caso ha rondado las once horas en una primera pasada, otro de los grandes alicientes de la aventura es su gran rejugabilidad. No os queremos arruinar la sorpresa, pero, como le sucede a Selene en su bucle temporal, el "primer" final es sólo el principio del misterio. Uno que os corresponde a vosotros desentrañar...