R-type Final 2
La R-9a arrowhead Remonta el vuelo
Aestas alturas, pocos confiaban en que la R-9A volviera a surcar el espacio, pero el empeño de Granzella, fundada por exmiembros de Irem, y la entusiasta recepción de los fans a la hora de apoyar un crowdfunding lanzado en 2019 han obrado el milagro.
La saga debutó en 1987 en los salones recreativos, destacando entre otros matamarcianos de scroll horizontal por sus deslumbrantes gráficos y su exigente dificultad, que obligaba al jugador a buscar el más mínimo recoveco para esconderse de oleadas de proyectiles y enemigos. Además, hacía su aparición la Fuerza, una especie de satélite que podía acoplarse a voluntad tanto en el frontal como en la parte trasera de la nave para servir de escudo, para potenciar el disparo y como nave auxiliar. Si, en 1987, controlar la Fuerza era esencial, ahora lo sigue siendo porque de ello dependerá que podamos superar una sucesión de niveles que apenas dan un segundo de respiro (menos mal que hay niveles de dificultad para todos los gustos). Eso sí, por muy difícil que resulte, lo intentarás una y otra vez, para desbloquear nuevas naves (hay 99, cada una con su propio arsenal) y probar niveles adicionales (podemos tomar rutas distintas a partir de la quinta fase).
Las mismas sensaciones
Final2 ofrece todo lo que pedían los fans en cuanto a mecánicas, aunque, gráficamente, no es tan deslumbrante como podíamos esperar. Se mueve con fluidez, pero unos escenarios realmente hermosos se alternan con otros sorprendentemente toscos. Eso sí, aunque exige horas de dedicación y toneladas de paciencia, cada fase superada, cada nave desbloqueada, hará que no quieras soltar el mando. Granzella nos ha dado lo que pedíamos. Quizás no con la brillantez gráfica que esperábamos, pero, si amaste los R-type de antaño, te vas a sentir como en casa.