A la atención de sus majestades de Oriente

Queridos Reyes Magos: este año, he intentado portarme bien, ser buena persona y enfadarme lo menos posible. No siempre lo he conseguido, claro, pero creo que, en general, me merezco un buen regalo. Pero, como no soy egoísta (casi nunca), me gustaría que ese regalo fuera para todos los que comparten conmigo la pasión por los videojuegos.

Lo primero que os pido es que las consolas empiecen a llegar a las tiendas con normalidad. No sé si tenéis mano con los señores que fabrican chips, pero sería buen momento de sacar a relucir vuestras influencias. Si eso, hablad con Santa Claus, a ver si entre todos… Seguro que, si llegan más consolas, traen detrás una buena ristra de juegos. No me voy a quejar de 2021 (mi propósito de año nuevo en 2020 fue quejarme menos), porque ha habido muy buenos juegos, buenísimos, pero me han sabido a poco. Tengo muchas ganas de volver a sentir esa sensación de no saber qué juego elegir, de que salgan muchos y todos me gusten… Ahora que los juegazos llegan con cuentagotas, como que me falta emoción (luego, me quejaré de que no me dan el bolsillo y el tiempo para todo, pero, ya sabéis, soy humana). En las páginas de este número, os hemos preparado una lista de 100 juegazos: a ver si añadís alguno más…

No os voy a pedir la paz en el mundo, que eso ya lo hacen las “misses”, pero sí os voy a pedir un poco más de cordialidad y algo menos de crispación. Que todos los jugadores entiendan que tener una consola de una marca nos les obliga a entrar en ninguna secta. Que no hace falta atacar al juego del vecino para disfrutar con el propio. Que, a veces, se hacen cosas bien en un barrio y, a veces, en el otro, pero que las haga quien las haga, las cosas bien hechas siempre son bien recibidas. ¡Que haya espíritu navideño (si es que queda) todo el año! Por último, os pido que transmitáis mi gratitud a todos los que, mes a mes, se acercan al quiosco a comprar Hobby Consolas. Sin ellos, 2022 no sería posible. Ah, y... ¡feliz año nuevo!