Un explosivo cóctel con metralla retro de Metalslug y Commandos
Operation Highjump:the Fallofberlin, desarrollado por Mansion Games y editado por Meridiem, será un run and gun ambientado en los penúltimos días de la II Guerra Mundial
Hay géneros que parecían condenados al olvido y que, gracias a la escena independiente, están viviendo una nueva juventud. Es el caso del run and gun, que, igual que el beat'em up, ha sido revitalizado en los últimos años con proyectos como Mercenarykings, Valfaris, Blazing Chrome o Cuphead. A lo largo de la próxima primavera, se unirá a ellos un contendiente desarrollado en España por Mansion Games, un equipo que ha contado con el inestimable apoyo de PS Talents y de Meridiem Games. Se trata de Operationhighjump:thefallof Berlin, que se lanzará tanto en PS5 y PS4 como en Switch y PC.
El juego será, principalmente, una puesta al día de los disparos y el plataformeo de un run and gun bélico como Metalslug, pero sus responsables también reconocen inspiración de clásicos como Commandos, Thelostvikings o, incluso, Indianajonesandthefateofatlantis, de modo que habrá componentes tácticos y narrativos. Y el toque nostálgico no acabará ahí, pues el arte de portada llevará la firma del fallecido Alfonso Azpiri y la banda sonora ha corrido a cargo de Chris Hüelsbeck, compositor de otra serie tan noventera y arcade como Turrican.
Con un estilo gráfico que combinará ilustraciones y pixel art con un humor muy negro, el juego nos llevará al Berlín de 1945, es decir, a la antesala del final de la II Guerra Mundial, cuando el III Reich estaba a punto de caer, con los aliados a las puertas del oeste y del este. Allí, encarnaremos al teniente Józef Kowalski, que, junto a su escuadrón (habrá un modo cooperativo para dos jugadores), se adentrará en la ruinosa ciudad para dar caza a los líderes nazis antes de que pongan pies en polvorosa. Así, el desarrollo durará unas tres horas y nos enfrentará a más de una veintena de enemigos diferentes, entre los que se contarán locuras como caballeros teutones o aguiluchos acorazados.
Hemos oído tantas veces "esto va a ser el futuro" (de los videojuegos) o "esto lo va a cambiar todo" que, cada vez que lo vuelvo a oír en boca de alguien, no puedo sino esbozar una sonrisita cabrona y pensar que ya vienen otra vez a venderme la burra. Si a esto ya le sumamos los años —llámalo experiencia, olfato, intuición o como quieras—, pues con razón de más. Eso es lo que me pasa con todo el tema de los NFT o "Non Fungible Token". Si muchas compañías están contemplando ya cómo implementarlos o, incluso, aseguran eso, que va a ser el futuro, malo. O malo, al menos, para lo que yo entiendo por videojuego en el sentido más clásico de la palabra. Que alguien intente convencerme de comprar un "bien digital", algo no tangible, a cambio de dinero real y tangible, me suena un poco al timo del tocomocho next-gen. Llamadme antiguo, pero vivo en el mundo real, donde tengo necesidades reales. Y ahí no entra una carta de FIFA, que es uno de los posibles usos que les quieren dar (crear una carta "única"), un buque transatlántico en un juego que ni está terminado (y por el que alguien ya ha pagado 65.000 euros de verdad) o una espada rara e inimitable en un juego de rol. Lo siento, pero no puedo entender cómo alguien puede pagar un solo céntimo por un objeto que no es real y que tiene fecha de caducidad (el día que el juego deje de existir o,
No puedo entender cómo alguien puede pagar un solo céntimo por un NFT, un objeto que no es real y que tiene fecha de caducidad