God of War: ragnarök

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Sony tiene cubierto el inicio de año con Horizon:forbiddenwest y Gran Turismo7, e incluso con exclusivos de prestado como Forspoken y Ghostwire: Tokyo, así que imaginamos que God ofwar:ragnarök podría desenvainar su acero en la recta final del año. El juego será una secuela directa de la soberbia aventura de 2018 y, de hecho, pondrá fin a las andanzas de Kratos y Atreus en tierras escandinavas, pues les enfrentará al Ragnarök, es decir, el fin del mundo nórdico. Así, tras el descubrimiento identitario con el que acababa el anterior juego, padre e hijo tendrán más de un encontronazo a cuenta de qué deben hacer, sabiendo siempre que dioses tan poderosos como Odín, Thor y Freya los quieren bien muertos. Por suerte, volverán a contar con la ayuda de personajes como Mimir, Brok y Sindri, así como con dos incorporaciones: Angrboda, una niña giganta, y Tyr, el dios de la guerra de la mitología nórdica.

Como en el anterior juego, el mapa tendrá un diseño semiabierto, con nueve reinos esta vez, que estarán interconectados a través de un plano secuencia, para que no haya ni un solo corte de la acción desde el primer hasta el último minuto de metraje. Eso sí, la historia se ambientará varios años después, y eso hará que Atreus sea un poco más mayor y que el mundo esté azotado por el Fimbulwinter, un fenómeno glacial que anticipa el Ragnarök.

Nuevamente, manejaremos directamente a Kratos, que luchará con el hacha de leviatán, las espadas del caos y el escudo de guardián, e indirectamente a Atreus, al que podremos indicarle contra quién disparar con su arco y con sus trucos espectrales. Entre las novedades, habrá mecánicas como un trineo tirado por lobos o la posibilidad de enganchar las espadas contra diversos puntos del escenario para escalar, lo cual aportará verticalidad.