Parte II: El disco índigo
El tesoro oculto del Área Cero, que es como se denomina el pase de expansión de Pokémon Escarlata-púrpura, ha quedado completado este mes con el lanzamiento de su segundo y último DLC, que nos convierte en estudiantes de la Academia Arándano, un joven centro de enseñanza. Esta escuela cuenta con el Biodomo, un parque artificial que se encuentra bajo el océano y que está conformado por cuatro ecosistemas muy diferentes entre sí: el Área Escarpada (una montaña), el Área Costera (una playa), el Área Polar (un ventisquero) y el Área Árida (un desierto). Como era de prever, se trata de un contenido más vasto y completo que La máscara turquesa, que se quedaba corto. Y, además, cuenta con un rendimiento algo más acorde a lo que cabe esperar de Switch.
Hay que destacar que El disco índigo es una expansión centrada, en buena medida, en los combates. De hecho, lo normal es que sean de dos contra dos, lo cual supone mayores dosis de estrategia a la hora de abordar los envites y una mayor dificultad, lo cual se agradece.
Ahora bien, si sois fans veteranos de las ocho generaciones previas de la saga, seguro que lo que más tilín os hará es la posibilidad de capturar a absolutamente todos los pokémon iniciales que nos acompañaron desde Rojo-azul-amarillo en Game Boy hasta Espada-escudo en la propia Switch. No todos los días Game Freak nos deja volver a tener en nuestro equipo un Charmander, un Bulbasaur, un Squirtle y tantos otros. Asimismo, vuelven muchas otras criaturas clásicas, y hay enfrentamientos contra ciertos legendarios que han decidido darse un paseo por Paldea.
Otras novedades llamativas son el Sincromisor, un dispositivo que permite ver el mundo a través de los ojos de nuestros pokémon, y la posibilidad de volar libremente con Koraidon y Miraidon (antes, sólo se podía planear).
VALORACIÓN: Escarlata-púrpura ha estado rodeado de polémica, pero este DLC borra muchos de los sinsabores. ¡Charizard, te elijo a ti!