Progreso o abuso
Pedro Fito Romero
Sinceramente, no pensaba que el formato digital fuera a ser tan exitoso en los videojuegos. Curiosamente, existen libros digitales desde hace años, pero los de papel siguen perdurando y teniendo prestigio. Quizá es una cuestión cultural o un romanticismo por ciertos formatos que nunca se pierde. Las nuevas generaciones viven en una nube, literalmente.
Estamos en un punto en que la posesión real ya no es determinante. ¿Qué ocurre si una empresa cierra sus servidores? ¿Sigo poseyendo el juego? ¿Tengo derecho a que se me devuelva el dinero? ¿Por qué valen los juegos digitales lo mismo que los físicos? ¿Por qué no se facilita un mercado de segunda mano digital? Yo veo, claramente, un abuso disfrazado de progreso, con el que las empresas ganan más y los consumidores controlan menos. Si, finalmente, el streaming acaba imponiéndose, estaremos abocados a gastar más dinero de media, y a jugar a juegos que no sabremos cuándo se subirán o se quitarán del servicio.
Quizá el formato físico tampoco aguante toda la vida, pero siento que se está perdiendo el respeto a un consumidor que acabará apoquinando, porque no quedará otra si queremos seguir disfrutando de nuestra afición. Como decía Ian Malcolm, "los grandes cambios son como la muerte: no sabes lo que pasará hasta que estés al otro lado". El futuro dirá. Sólo sé que siempre tendré en el recuerdo el día en que Final Fantasy VII llegó a mis manos con su caja, sus tres discos y su manual. Esas sensaciones no las sustituye nada.