AL SERVICIO DE DOS EMPERADORES DEL PAÍS DEL SOL NACIENTE
La reputación de Team Ninja como estudio de acción es tal que Nintendo y Square Enix han recurrido a él para realizar varios spin-offs de sus sagas
Pese a que tiene entidad suficiente como editora de sus propios proyectos, Koei Tecmo nunca ha hecho ascos a colaborar con otras compañías del sector y reinterpretar algunas de sus sagas. En concreto, hay dos, ambas japonesas, con las que ha hecho muy buenas migas en los últimos años. La primera es Nintendo, para la que ha desarrollado crossovers que mezclaban las batallas multitudinarias de Dynasty Warriors con universos como los de The Legend of Zelda o Fire Emblem. No obstante, Hyrule Warriors y Fire Emblem Warriors corrieron a cargo de Omega Force. Para encontrar juegos creados por Team Ninja, hay que fijarse en proyectos con entidad propia, como fue el caso de Metroid: Other M, un spin-off de la saga espacial que combinaba la primera y la tercera persona. El otro gran proyecto del estudio para la Gran N fue Marvel Ultimate Alliance 3: The Black Order, una rareza, pues era un juego de acción basado en personajes de una compañía estadounidense de cómics y cuyos dos predecesores habían corrido a cargo de Activision.
La otra gran proveedora de una suculenta licencia para Team Ninja fue Square Enix, que le encargó hacer dos derivaciones de Final Fantasy. El primero fue Dissidia: Final Fantasy, un juego de lucha tridimensional protagonizado por personajes míticos como Cloud Strife, Squall Leonhart o Tidus. El segundo fue Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin, un RPG de acción con cooperativo para tres personas y que sirvió como precuela de la entrega primigenia de la saga rolera.
ejemplo de Dante, Ryu Hayabusa se convirtió en un espadachín excepcional dentro de una fórmula de juego coreografiada y de inusitada dificultad. Aquel juego de la primera Xbox tuvo tal éxito que recibió dos nuevas versiones (Black y Gaiden), así como una secuela para 360 y una entrega para DS. Luego, Itagaki se marchó del estudio y la tercera entrega sería ya una gran decepción que marcaría el harakiri de la serie. Eso sí, hoy en día, es posible disfrutar de la trilogía en sistemas modernos gracias a la remasterización que es Ninja Gaiden: Master Collection.
SAMURÁIS ERRANTES DE TODA CONDICIÓN
Tras la salida de Tomonobu Itagaki, Team Ninja cambió considerablemente su modus operandi. Dead or Alive siguió existiendo, pero con plazos de desarrollo y explotación muy distintos, cortesía del auge de los contenidos descargables. Por
RISE OF THE RONIN ES EL PRIMER JUEGO DE MUNDO ABIERTO DE TEAM NINJA Y EL MÁS ACCESIBLE
ejemplo, la sexta parte salió en 2019, y no se avista ahora mismo en el horizonte una séptima. Sin embargo, eso permitió que el estudio saliera de su zona de confort y empezara a trabajar en otras propiedades intelectuales, aunque manteniendo siempre sus marcadas señas. La acción no estaba en discusión.
Esa nueva filosofía se tradujo en importantes colaboraciones con Nintendo y Square Enix, que le permitieron dar nuevos aires a sagas míticas de una y otra. Para empezar, Team Ninja firmó Metroid: Other M, una aventura de acción que, si bien fue muy incomprendida, tenía buenas ideas. Posteriormente, echó mano del bagaje de la saga de rol más importante de la historia para crear Dissidia: Final Fantasy, un juego de lucha de tres contra tres, con entornos amplios y movimientos más libres que los de Dead or Alive, casi al estilo de Kingdom Hearts. Tanto Nintendo como Square Renix debieron de quedar satisfechas con el trabajo, pues, años después, le encargaron dos RPG de acción cooperativos como Marvel Ultimate Alliance 3: The Black Order y Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin.
Pero, antes de ese doblete, en 2017, fue el turno de Nioh, un juego cuyo desarrollo fue una odisea y que supuso un punto de inflexión para Team Ninja. No en vano, significó un relevo para Ninja Gaiden, pero cambiando los ninjas por los samuráis y el hack and slash por el soulslike, que Fromsoftware había encumbrado en los años previos. Para el estudio, fue un paso natural, pues, realmente, no necesitaba que nadie le explicara cómo hacer un juego con el que hacer que a los jugadores se los llevaran los demonios. Aquel juego tendría luego una secuela aún más endemoniada y le seguiría otro soulslike más como Wo Long: Fallen Dynasty, basado en la China de los Tres Reinos.
Y así es como hemos llegado a Rise of the Ronin, que supone otro cambio de paradigma más en la trayectoria de Team Ninja. Esta vez, se ha apostado por el rol puro y duro, con varios giros inesperados. Por un lado, es la primera aventura de mundo abierto que hace el estudio y, además, se ha apostado por el realismo, al recrearse el periodo Bakumatsu de la historia de Japón, sin monstruos abisales o poderes sobrenaturales. Por otro lado, se ha relajado el grado de dificultad y se ha dado un tono más cinematográfico, con la intención de ser accesible a nuevos públicos que no sepan quiénes son Ryu Hayabusa o William Adams. Es hora de empuñar la katana y abrir en canal el pasado de Japón para dejar paso a un nuevo sol naciente.