HISTORIA Y DEMONIOS DEL LEJANO ORIENTE
La iconografía asiática ha sido siempre parte del ADN de Team Ninja, pero, en los últimos años, se han potenciado aún más con la creación de hasta tres nuevas IP en sólo siete años Durante la mayor parte de su existencia, Team Ninja fue sinónimo de Dead or Alive y Ninja Gaiden. Sólo rompieron un poco la tónica encargos externos como Metroid: Other M y Dissidia: Final Fantasy. Sin embargo, a medida que sus dos sagas estrella se fueron agotando, se hizo necesario empezar a pensar en nuevas propiedades intelectuales. Eso coincidió con la pujanza del soulslike, un género que, en realidad, no se diferenciaba tanto de lo que había significado Ninja Gaiden, una saga afamada por su desquiciante dificultad.
Team Ninja, sin arriesgar en exceso, optó por abrazar ese nuevo género con Nioh, un juego cuya génesis, en realidad, databa de 2006, antes del nacimiento de la fórmula patentada por Fromsoftware. No en vano, se anunció como Ni-oh, con un guión entre medias y como exclusivo de PS3. No obstante, aquel desarrollo se eternizó y, tras ser reseteado, adoptó muchas de las ideas de Demon's Souls y sus sucesores. Curiosamente, igual que sucedió con aquel primer soulslike de Hidetaka Miyazaki, Sony fue la editora, aunque no vio la luz hasta 2017, ya en los tiempos de PS4. Tanto aquel juego como su secuela mantuvieron la ambientación japonesa de Ninja Gaiden, pero cambiando los ninjas por los samuráis y los monstruos de toda clase por demonios del folclore japonés (o yokais). Ahora, con Rise of the Ronin, también editado por Sony, se ha conservado la ambientación samurái, pero con un enfoque de RPG realista, histórico, abierto y más fácil.
No obstante, y hablando de historia, entre medias, se lanzó el multiplataforma Wo Long: Fallen Dynasty, otro soulslike de ambientación asiática y con espadachines. En este caso, el telón de fondo fue la China de los Tres Reinos, llevada a un nuevo nivel respecto a los Dynasty Warriors de Omega Force.