MISIONES ABORTADAS
Al tiempo que se concatenaban despidos, últimamente se han cancelado también un buen número de proyectos. Algunos ya estaban anunciados, mientras que otros eran todavía un secreto.
Las cancelaciones de videojuegos se han producido toda la vida, pero, hoy en día, tienden a ser más traumáticas que en el pasado, debido a los crecientes plazos de desarrollo y a los presupuestos multimillonarios. No es lo mismo que se cancele hoy en día un proyecto que lleva varios años en desarrollo y que involucra a cientos de personas que lo que podía pasar antiguamente, cuando los plazos de entrega eran mucho más exiguos y los equipos de desarrollo no iban más allá de, a lo sumo, un par de decenas de personas.
Obviamente, hay infinidad de ideas y prototipos que acaban cancelándose en una fase muy preliminar y de los que la prensa y el público nunca llegan a tener constancia. Pero también sucede que juegos que ya están relativamente avanzados acaben metidos en un cajón, ya sea por problemas de desarrollo, por cuestiones financieras o, incluso, por cambios en la dinámica de la propia industria.
Esto último entronca con la moda de los juegos como servicio, en la que suele ser muy difícil acertar. Lo hemos visto recientemente con Sony, que, si bien ha triunfado contra todo pronóstico con Helldivers II, ha cancelado también el multijugador de The Last of Us en el que Naughty Dog llevaba varios años trabajando, así como dos juegos que ni siquiera estaban anunciados: una nueva entrega de Twisted Metal y otro juego online del clausurado London Studio. Esa retirada táctica también la hemos visto en compañías como Sega y Ubisoft, que decidieron cancelar Hyenas y Ghost Recon Frontline, antes de seguir dilapidando dinero sin expectativa clara de retorno.
Pero también se han visto afectadas diversas experiencias para un jugador, todas ellas sin anunciar formalmente. Para empezar, Electronic Arts ha cancelado un juego de The Mandalorian que estaba haciendo Respawn Entertainment. También Blizzard ha dado carpetazo a Odyssey, un juego de supervivencia que, supuestamente, llevaba más de seis años en desarrollo. Aparte, entre muchos de los juegos cancelados últimamente por Embracer Group, había nuevas entregas de Deus Ex y Timesplitters que ya nunca jugaremos.